e l Gobierno de Navarra ha editado el libro Bajo tierra. Exhumaciones en Navarra 1939-2019, que recoge el proceso de exhumaciones que se inició una vez terminada la Guerra Civil para recuperar los cuerpos de las personas que habían sido fusiladas y represaliadas tras el golpe de Estado de 1936. El libro fue presentado ayer por la consejera en funciones de Relaciones Ciudadanas e Institucionales, Ana Ollo, que estuvo acompañada de José Miguel Gastón, director del Instituto Navarro de la Memoria, y César Layana, jefe de la Sección de la Memoria de este Instituto, coordinadores de la obra que se ha elaborado con la colaboración de familiares y asociaciones memorialistas. Ollo resaltó que el Ejecutivo, de la mano de asociaciones y familiares -de los que ha tomado el testigo-, resaltó que a lo largo de la pasada legislatura “se ha trabajado intensamente” en las exhumaciones de las “más de 3.000 personas injustamente asesinadas en Navarra como consecuencia del golpe militar de 1936” en cumplimiento del acuerdo programático y confió en que el próximo Ejecutivo foral continuará con esta labor. “La sociedad no va a permitir que no se siga avanzando en las políticas de memoria” ya que “si queremos un futuro en una cultura en paz y convivencia, nunca podrá ser enterrando esa memoria”. La presentación de ayer y el propio libro es un nuevo hito en el “camino de la memoria que queremos recorrer, una mirada al pasado para presentar lo que hemos conseguido en estas décadas y un recordatorio de lo que todavía queda por andar” con la voluntad de construir un futuro en paz y convivencia que no puede basarse en la desmemoria, sino justamente en lo contrario. Nunca más para nadie en ningún lugar. Con diferentes balances según los tramos históricos y violencias, nos se puede negar que el Ejecutivo ha realizado una apuesta política, económica y de recursos humanos sobre un tema clave como es la memoria, la reparación de todas víctimas y a deslegitimación de la violencia. Tiempo habrá de realizar un balance más exhaustivo de una acción que posiblemente tenga sus déficits y no haya generado un consenso pero está claro que el intento ha sido firme y Navarra ha avanzado hacia el futuro mirando al pasado. El valor añadido de esta legislatura ha sido ese plus del apoyo oficial a una aspiración social histórica.