a desescalada frente a la pandemia iniciada en primavera y los altos índices de vacunación han supuesto para la economía navarra un fuerte impulso con el que afianzar un crecimiento robusto. Además la Comunidad Foral sigue creando empleo y alcanzó en agosto los 294.089 ocupados, un nuevo récord histórico, con casi diez mil nuevos cotizantes a la Seguridad Social. El buen dato del desempleo, que encadena seis meses consecutivos de descensos, tiene como contrapunto la existencia de poco más de 34.000 personas en paro, unas dos tres mil más que hace dos años, una cifra cuyo descenso tiene que ser el objeto prioritario de la acción del Gobierno en este apartado, con la colaboración de sindicatos y empresarios. La recuperación de la actividad se refleja también en que Navarra sólo tiene ya 2.038 personas en ERTE, un instrumento indispensable durante los tiempos duros de azote de la covid. Estos buenos guarismos se suman al crecimiento sostenido de la economía navarra durante el segundo trimestre, también con récord. El PIB foral ha retoma con fuerza la recuperación tras la interrupción del crecimiento que se registró por las olas del virus en el cuarto trimestre del año pasado y el primero de este. Con un fuerte consumo familiar, una notable inversión empresarial y una creación de empleo nunca visto hasta ahora. Los magníficos datos de Navarra no deben llevarnos al triunfalismo desmesurado, pero indican claramente que el acercamiento a los niveles de crecimiento y empleo anteriores a la pandemia está ya muy próximo. La aceleración del ritmo de vacunación ha sido clave en estos últimos meses, no solo para reducir las cifras de contagios y mejorar los indicadores sanitarios, sino también para relajar las medidas de contención, levantar las restricciones a la movilidad y reforzar la confianza de los agentes económicos. Los ERTE, paraguas indispensable ante una crisis de este calado, han ayudado a los más desfavorecidos, pero el mercado laboral se ha recuperado y lejos quedan las 50.000 personas que se cogieron a esta figura. Navarra va pues por buen camino, con previsiones de notable crecimiento hasta al menos 2022. Espoleada por un sólido sector industrial, la Comunidad Foral progresa adecuadamente, y a la espera, como agua de mayo, del coche eléctrico y los fondos europeos para tomar más impulso y asentarse como una de las economías de referencia.