as sirenas de aviso que anuncian un inminente bombardeo aéreo volverán a sonar hoy en Gernika. Este gesto de recuerdo y memoria del criminal ataque sobre la población civil que sufrió la villa foral hace exactamente 85 años es desde hace dos meses el día a día de ciudades como Kiev, Mariúpol, Bucha, Járkov u Odesa, ya en pleno siglo XXI. También lo son las consecuencias de muerte, sufrimiento, destrucción, odio y desplazamiento y exilio que provocaron entonces y provocan ahora las guerras. La conmemoración de este aniversario del bombardeo de Gernika, así como del resto de los 1.871 ataques de este tipo que sufrieron distintas localidades vascas entre el otoño de 1936 y la primavera de 1937 a cargo de la Legión Cóndor nazi bajo la autorización de Francisco Franco o los más de 3.400 navarros y navarras asesinados y fusiliados sin juicio ni escenario de guerra -muchos aún abandonados en cunetas, descampados y fosas comunes-, enlazan la memoria de la guerra en este país con la realidad de hoy en Ucrania, tal y como ha señalado su presidente, Volodímir Zelenski. La presencia hoy en Gernika del representante de la Embajada ucraniana para participar en los actos conmemorativos es, por ello, un grito por la paz y un gesto de solidaridad con un pueblo que está sufriendo una agresión ilegal a cargo de la Rusia de Putin. La mirada a Ucrania es, también, la exigencia de paz, verdad, reconocimiento y petición de perdón a las víctimas, justicia y asunción de responsabilidades. Porque también la mentira, la ocultación y la impunidad que sufrieron Gernika y sus víctimas se repite hoy en día. Ochenta y cinco años después, la verdad oficial franquista -esto es, que los bombardeos no existieron o fueron provocados por los propios ejército vasco y republicano- no ha sido revocada por ningún gobierno democrático español. Hace ya 25 años, Alemania, por medio de su presidente, Hening Wegener, reconoció públicamente "la culpa de los aviones alemanes" en el bombardeo de Gernika y pidió perdón a las víctimas, gesto que corroboró un año después y por unanimidad el Bundestag. Un reconocimiento que aún no ha hecho el Estado español. Como cada martes, hoy, 85 aniversario del ataque sobre Gernika, se reúne el Consejo de Ministros. Una extraordinaria ocasión para ofrecer la verdad, el reconocimiento a las víctimas, la asunción de responsabilidad y la condena a cualquier ataque contra la población civil, aquí, en Ucrania y en cualquier lugar del mundo.