¿Cómo agradeceros Iñaki, Aritza, Jara, Eddis, Maialen, Juantxo, Yaiza, Irune y Miren, jóvenes voluntarios/as de Aldezar, el tiempo y esfuerzo que habéis dedicado para hacer posible que nuestras hijas jugaran a balonmano? Niñas de diferentes edades, escuelas y colegios del barrio, orígenes, extracción social y posibilidades económicas, habilidades deportivas, en fin, niñas del barrio.

Se dice fácil, pero les habéis dedicado tres horas al día, tres días a la semana, incluido llevarlas y traerlas al entrenamiento, y el cuarto día, el sábado, al partido. En ocasiones, desde las 7.30 de la mañana hasta las 4 de la tarde, si el partido era lejos. Nevara, lloviera, tronara o relampagueara. Bueno, salvo que ya en la cancha de Aranzadi, ésta estuviera tan requetemojada, que fuera imposible entrenar. Conciliación familiar a tope. Las familias que podíamos acompañaros lo hacíamos y si no había familia o habiéndola no podía acudir, todo el mundo tranquilo. Nunca habéis fallado, ni siquiera tras las fiestas de la Txantrea. Y todo ello compaginándolo con vuestros estudios, trabajos y vuestras legítimas necesidades de parranda. Y a esas horas de juego, añadir las reuniones con las familias que quisieran comentaros algo que les preocupara relacionado con sus hijas. Ahí además acompañados por un coordinador/a de Aldezar.

Habéis potenciado el amor al deporte y al trabajo en equipo. Les habéis enseñado en la práctica que cada niña es valiosa, tenga las habilidades que tenga con el balón; que se respeta a la compañera, al equipo contrario y al árbitro; que hay que intentar ganar, pero que si se pierde no pasa nada porque lo que cuenta es el esfuerzo, las ganas de jugar (jugar limpio) y el trabajo en equipo. Nos sentiríamos orgullosos/as que de mayores nuestras hijas dedicaran, como vosotros/as, una parte de su tiempo a acompañar a las familias del barrio en el que vivieran en la formación de sus hijos e hijas, con responsabilidad y cariño.

Si pudiéramos, además de las gracias, no os quepa la menor duda de que haríamos lo imposible para que Aldezar tuviera los fondos públicos necesarios, sin tijeretazo alguno, para que pueda seguir acompañando a familias como las nuestras, en el arduo camino de formación de nuestros hijos e hijas como hombres y mujeres solidarias, humanas, respetuosas, fuertes, valientes, generosas, deportistas y comprometidas con las gentes de su barrio.

Lo dicho, ¡muchas gracias! Mila esker, entrenadores/as! Mila esker Aldezar!