Estoy siguiendo con gran interés las reivindicaciones de Cataluña. Las continuas críticas al catalán y a su política lingüística, el nuevo Estatut tumbado por el Constitucional, el expolio fiscal (Cataluña contribuye con el 10% de su PIB) y la grave crisis económica son los componentes de una bomba que el Gobierno del PP no ha sabido o querido desarmar. Los políticos españoles eligen una vez más la sordera, el cortoplacismo y la confrontación, escudándose en una Constitución condicionada en gran parte por franquistas y militares de hace 40 años, como si fuera más importante que escuchar la voz del pueblo aquí y ahora. Pero bien rápido que se cambió la Carta Magna cuando Merkel lo pidió... Esto es una olla a presión silbando, y la solución de PP y PSOE parece ser mantenerla cerrada. Hasta que les explote en las narices. En Inglaterra son más listos con Escocia, quizá porque tienen siglos de tradición democrática. Y es que, como decía Lorca: "En España, de cada diez cabezas, nueve embisten y una piensa".