Mirando estaba yo mi factura de teléfono y “¡Ostras! ¿Esto qué es?” me dije. Resulta que tenía la friolera de 4 euros por hablar 16 segundos al teléfono arriba expuesto. Pues nada, llamo a la compañía de móvil y me dicen que no saben, que no me lo podían dar. Hago yo las averiguaciones pertinentes por internet y, al ver de quién era, casi me tomo tranquilizantes y psicotrópicos para no hacer una burrada y arrepentirme del impulso para el resto de mi vida. El susodicho teléfono es de información general del INEM para pedir cita previa. Sí, habéis leído bien, del INEM o del Servicio Público de Empleo que se encarga de los parados de este país. Ahora resulta que nos rematan cobrándonos 3,91 euros por establecimiento de llamada y todo esto con el beneplácito del Gobierno de la nación. Sin comentarios. Seguiré tomando tranquimazin por un periodo más bien largo.
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