Un hombre singular que falleció en un día singular, 29 de febrero.

Ameno, con un humor exclusivo, y no un hombrico de Pamplona, como le gustaba autodefinirse, sino un gran hombre, solamente por su humildad. De esas pocas personas que cae bien a todo el mundo.

Gracias por tu amistad, un privilegio, y espero que te guste esta despedida: hasta la próxima, si no nos vemos antes.