Quería dar las gracias a un chófer de la villavesa, línea 4, que a la altura de la avenida de Pamplona, Barañáin, y viendo que venía corriendo a coger el autobús empujando el cochecito de mi niña pequeña, no dudó un solo momento en detenerse unos segundos más en la parada para que yo pudiera llegar y subir. Se lo agradezco mucho, pues no hace mucho me vi en la misma situación pero no tuve la misma suerte.