Tenemos la plaza Prado de la Cera que no tiene un paso de cebra para los peatones desde que se hizo hace 40 años, así como la plaza Monasterio Viejo de San Pedro, que ahora han puesto todo coches. Ahora vienen las prisas con la zona naranja, cuando tenemos medio barrio abandonado. Tanto el arbolado como los semáforos de la calle Río Arga, que pierdes mucho tiempo esperando para que luego no te den paso.

El cuidado del arbolado deja también mucho que desear y hay muchos árboles enfermos. Y las orillas del río también están llenas de árboles secos y con mucha maleza.

En la calle Errotazar, desde la rotonda de la calle Artica a Capuchinos, los hay hasta comidos por las termitas. Ahora le vienen las prisas para poner la zona naranja. Los problemas no los ha dejado el anterior Ayuntamiento, sino que vienen de los anteriores, dirigidos por UPN desde que entró Yolanda Barcina como alcaldesa.