Servidor creía que los neandertales habían desaparecido de la faz de la Tierra hace decenas de miles de años, pero la cruda realidad de la política española ha venido, una vez más, a desmentirme. Muchas de las propuestas del imperial Santiago Abascal parecen procedentes de esta especie extinta. Pero al olimpo del disparate se le ha sumado el gran fichaje del PP Adolfo Suárez junior. Las afirmaciones, falsas y retrógradas, de este aspirante a torero frustrado sobre el aborto, la memoria histórica u otros temas sensibles durante su estreno como candidato han dejado al descubierto las lagunas intelectuales y verbales del apolillado heredero genético de la Transición y pretendido depositario de sus esencias. No aprendió de su primera -y rotundamente fracasada- experiencia en política como paracaidista en Castilla-La Mancha y su cansina apelación a la concordia enmascara su falta de empatía con la política actual y demuestra que el prestigio no se hereda. Tal es el nivel de su despropósito que no es descartable que Pablo Casado le haya situado en primer plano para atenuar sus propios disparates. Aunque el lema del partido sea Valor seguro, lo cierto es que va a hacer falta mucho valor para votarle. En fin, que ante una época necesitada de sapiens en la política los neandertales amenazan con resurgir.