Tenía pensado titular esta pequeña columna con un claro Hasta los huevos -en su connotación simbólica de malestar, no lingüística- pero al final me he cortado un poco. Creo que esa es la sensación que tienen ahora miles de navarras y navarros al asistir estupefactos a la devaluación de sus votos y a la anulación de su libre voluntad democrática por la jeta de unos facinerosos en Madrid. Y, sobre todo, a la lamentable sucesión de falsedades, inventos, mentiras, acusaciones, manipulaciones que se están vomitando sobre la realidad política y social de Navarra. Tratan a miles de navarros y navarras, independientemente del sentido de su voto, como gentes extrañas en su propia tierra. Nos retratan como gentes de no fiar, tipos patibularios, aspirantes al frenopático, maleantes y todo tipo de piropos así. Nada de lo que se ha dicho y escrito tiene que ver con la normalidad del día a día de la vida en Navarra. Nada. Todo es un mundo paralelo irreal en el que chapotean su propia porquería a su gusto a costa de Navarra. En apenas 15 días se han escrito más artículos y ha hablado y opinado más gente sobre Navarra que en los últimos cuatro años del Gobierno de Barkos, un gobierno que ha estado sostenido y participado también por EH Bildu, sin que haya ocurrido ninguna de esas catástrofes que ahora se auguran desde Madrid si el PSN de Chivite y Geroa Bai pactan un gobierno y EH Bildu le da el pase con su abstención. Al contrario, ese Gobierno y las políticas del cambio político y social han situado a Navarra en los primeros puestos del Estado en los ámbitos de bienestar y cohesión social, empleo, solidaridad y convivencia. Nada que ver lo que han hecho y dicho esos mismos políticos y periodistas que ahora valpulean a Navarra y a los navarros y navarras desde la ignorancia, la maldicencia y la estupidez más inmadura sobre la penosa situación social, económica y política del Estado en esos mismos cuatro años. Saben que todo lo que están diciendo y escribiendo no es verdad -como ya ocurriera con Alsasua-, pero les da igual. Es otra vez una gran campaña de manipulación periodística, impostura política e intoxicación social a costa de Navarra. A la mierda.