nada de calcetines y la chaquetica esta vez mejor en casa que a eso de las doce van a caer 25 grados mientras asciende el meteórico cohete de La Pamplonesa. Con el tiempo de nuestra parte, pues las fiestas populares necesitan de sol y moscas en su exaltación jaranera, haremos bien en aplicar algunas tácticas típicamente sanfermineras para volver a casa con la dignidad intacta, cada cual hasta donde el físico y la guita le aguanten. Además de ir frescos, lo principal consiste en conjugar dos saberes, el beber y el mear, para que la hidratación alcohólica no derive en una tajada descomunal con sus devastadores efectos en las mentes añejas. También resulta trascendente que la excitación no nos nuble el sentido para no mutar en los clásicos bailongos patas o en esos plastas repletos de titos que inundan las barras pamplonesas cada 6 de julio. Y ojo asimismo con caer fruto del desenfreno emocional en el síndrome de la verdad, en soltar inconveniencias que pueden convertir una jornada pretendidamente inolvidable en un infausto recuerdo por la amistad truncada. Luego están los básicos consejos de seguridad relativos a carteras, llaves y móviles, a refrescar conforme sube la ingesta de morapio. Dense por avisados, aunque tratándose de un día como hoy igual vayan a leer este texto a toro pasado, literalmente.