onde unos sufren un confinamiento domiciliario otros encuentran la oportunidad de dar un salto a la fama. Con vocación de visionario, Andy Warhol acuñó la celebrada frase, “En el futuro, todo el mundo será famoso durante 15 minutos”. Acertó a medias. Me refiero a que el límite de la popularidad rebajó hace tiempo el techo del cuarto de hora: ahora sobra con unos segundos ingeniosos o dos minutos de mensaje bien narrado. Y un escenario proclive a consumir todo el material en circulación. Como este de voluntaria cuarentena. En las redes sociales -en whatsapp en particular- se ha desatado una auténtica competición (que en ocasiones sobrepasa el estado de alarma para llegar al nivel de estupidez) por conseguir el mayor grado de difusión de una ocurrencia. Y como las teles y las radios dan pábulo a los creativos, les brindan su cobertura y hasta les entrevistan, el personal aprovecha el tiempo libre para poner en circulación audios y videos que persiguen convertirse en virales, término que viene de virus, como hace al caso. Hay que reconocer que algunos son muy buenos. También confieso que estoy un poco saturado y tengo el móvil petado. Estos primeros días cautivos del COVID-19 demuestran que podemos sobrellevar el cambio radical de hábitos y el parón a nuestro ritmo de vida, pero como un día se caiga internet sí que vamos a tener un problema muy gordo.