La mentira, herramienta política. La ignorancia, corrosión periodística. Un paradigma: la transferencia de Tráfico a Navarra. El Cuerpo de Policías de Carreteras de Navarra (germen de la unidad de Tráfico de la Policía Foral) fue creado en 1928. Franco impuso a la Guardia Civil en 1960. El año anterior, la competencia sancionadora había pasado al Gobernador Civil. La Diputación protestó por el contrafuero. Solo se logró compartir el servicio, aunque la recaudación pasó al Estado. Artículo 51 del Amejoramiento (1982): “Corresponde a Navarra la regulación del régimen de la Policía Foral”, “Navarra podrá ampliar los fines y servicios de la Policía Foral”. La recuperación plena de las competencias de Tráfico es una vieja aspiración de autogobierno. Aznar y Sanz lo hablaron. La visita de la presidenta Barkos a la Moncloa tras la toma de posesión de Pedro Sánchez pareció un definitivo punto de inflexión. En vano. Por la vigilancia antiterrorista o por variadas razones burocráticas, años sin avances. Una sucesión de plazos incumplidos. Sin pudor. Ahora -pacto presupuestario-, EH-Bildu ha arrancado una fecha concreta. UPN y otras derechas se ofenden por el autor del logro. El fariseísmo de los incapaces. La fecha solo marca el inicio de un cronograma de trabajo. Como otras veces. Cinco años por delante. Navarra asumirá siete nuevas funciones de Tráfico, según el Gobierno foral. Ya se irá viendo. No es cosa de ETA sino de nuestros derechos históricos. Los histéricos proliferan: ¡Bildu echa a las Guardia Civil de Navarra, una vieja aspiración de ETA, pacto de Sánchez teñido de sangre para permanecer en la Presidencia...! La bilis del odio, espasmos de ignorancia. Catalunya y Euskadi tienen ya lo que, en lejano día, fue hurtado a Navarra. Las conveniencias políticas antes que el reintegro de derechos históricos. UPN está más por el huevo: la recaudación para Navarra y patrullaje compartido. Para darles con la mano abierta. La de Irulegi.