así podría titularse la película de esta legislatura. Y que siga saliendo agua por el grifo, en la Mancomunidad de la Comarca de Pamplona. Bildu tenía en mayo 2015 dos mochilas muy pesadas: la herencia envenenada de la violencia y la maldición de UPN: “Caerán sobre Pamplona las 7 plagas con un alcalde de esta formación”, alguien con cuernos y rabo de diablo, para el régimen anterior. El fantasma era la pérdida de la deseada alcaldía de Donosti, que le duró una sola legislatura; el quinto contenedor y su deficiente gestión con “el puerta a puerta” tuvieron algo que ver.

Se pactó en junio del 15 un Acuerdo Programático muy básico, consensuado por el matrimonio de 4, con fuerzas de muy diversa proveniencia política. Si se desea no alborotar mucho el escenario, lo mejor es no cambiar mucho las cosas importantes. Pues bien, dicho acuerdo se encuentra en buena parte incumplido. Varios ejemplos sencillos. Artículo 12. Igualdad entre barrios. Art. 17. Decisiones vinculantes de los Consejos de Barrio. 19. Emisora municipal. 40. Proceso de Participación sin límites de actuación para el Monumento a los Caídos. 53. Edificio Agustinas para la Mesa de la Juventud. 57. Garantía de servicios públicos para las personas migrantes en igualdad de condiciones. 75. Plan de choque contra la pobreza energética 83. Creación Mesa por el Empleo. 86-90. Casi inanición en Movilidad Sostenible: cada paso dado está bien, pero ha costado una crisis de gobierno, por el miedo del bipartito a “molestar” al coche y perder votos. Si nos hubieran dejado, habríamos dado un paso de gigante. 98. Planificar medidas para reducir o atenuar el ruido. Ni siquiera estuvieron dispuestos a analizar las licencias de terrazas. ¿Hay 200 denuncias sin tramitar? 103. Replantear colaboración con bancos que realicen desahucios. 107. Rechazar y pedir derogación de PSIS Salesianos y TAV, por ser contrarios a los intereses de Iruña. 119. Declarar determinadas zonas del Casco Viejo, como saturadas de hostelería. 145. Estudio para la desprivatización paulatina de los servicios públicos municipales. Es decir, son algunos puntos importantes sobre 148, que parece increíble estén escritos en un papel. No entendemos que no se puedan hacer críticas al cambio, que se ha convertido en una especie de becerro de oro intocable, del que no se puede dudar, para no “ponerlo en peligro”. Las aportaciones de dos de las 4 fuerzas del cambio son necesarias para que el cambio, no sólo funcione, sino que pueda reeditarse indefinidamente. El cambio de dos no sirve.

Los presupuestos no son sino la traslación al dinero de una determinada política, que para nosotrxs ha sido excesivamente conservadora. Si preguntamos a la ciudadanía de Iruña en la calle en qué ha cambiado su ciudad, mucha gente favorable al cambio se queda pensativa, se rasca la barbilla, y mira al suelo buscando respuesta. Las contestaciones suelen tener un aire difuso, de filosofía general, pero de escasa concreción específica. Ha mejorado el ambiente, nos fiamos más de vosotrxs, o seguro que manejáis el dinero con más criterio? pero no suelen aterrizar en grandes logros o mejoras para lxs pamplonesxs, porque hay pocos.

Las dos mochilas y un fantasma se juntaron con la querencia de Geroa a defender el interés privado. Bildu llegó pronto a la conclusión de que era mucho mejor compañero de viaje esta formación que 2 grupos que querían hacer políticas para los más golpeadxs por la crisis, la gente precaria, y aceptó su veto a ideas progresistas. Si quieres cambiar poco, mejor gobernar con Geroa que con Aranzadi, I-E. Ejercieron de perro del hortelano, sin comer ni dejar comer, hasta que a mitad de la legislatura entraron en el gobierno con calzador, y al año siguiente, se expulsó a los indeseables.

El Pacto del Frac, fue una prohibición indigna de una democracia. Si alguien quiere disfrazarse de pingüino que lo haga, pero que no impida a otras vestir de otra manera. Su autismo respecto a pelotazos especulativos, como Salesianos, Nuevo Itaroa en Iturrama, estación de Etxabakoitz y el TAV, Ikea, y su último cambio de rumbo, el hotel Unzu, definen bien en estos casos tan significativos, que, pese a las buenas intenciones, se ha impuesto la gobernanza neoliberal de Geroa Bai con muy poca resistencia por parte de Joseba Asiron. Por no hablar del contrato de FCC, el más importante del Ayuntamiento. Bildu aceleró los plazos para adjudicar 60 millones en 6 años, casi la tercera parte del presupuesto anual, y no quiso ni oír hablar de la posibilidad de remunicipalizar el servicio. Luego resulta que no hay dinero?

La velocidad de los coches en Pamplona es superior a la que lleva el propio cambio. En temas básicos como Igualdad, Participación o Movilidad ha habido avances, pero podían haber sido mayores, por los vetos más o menos explícitos. Y ha faltado valentía para acometer los cambios importantes. Cambios que no cuestan dinero, como quitar coches los domingos. Quizá se han dejado para futuras legislaturas? pero? ¿seguirán votando las personas descreídas de la política que se ilusionaron con el municipalismo, el 15-M o el reparto de la riqueza? ¿Cómo se consigue ilusionar a la gente que desea cambios, haciéndolos o no haciéndolos? Recordemos a Zapatero.

La política del agua, de las basuras y del transporte colectivo en la MCP se han quedado como estaban, sin asomo de estudiar una posible remunicipalización de la COTUP. La aprobación al final, de 55 millones de euros para otro macrovertedero, sin asumir casi ninguno de los acuerdos pactados es otro fracaso que debe ponerse en el debe. ¿Cómo hacer compatible nuestro apoyo al cambio con una crítica razonable al cambio tranquilo, que ha dejado a las peor paradas como estaban? Por ello, tenemos enormes dudas en apoyar unos presupuestos, que en ningún momento han sido participativos, no sólo para la ciudadanía, sino para los propios agentes del cambio. Nosotrxs nos hemos podido equivocar en las formas, pero no en el fondo ni en el rumbo, creemos. Toda la legislatura, y ahora también, hemos apostado por el diálogo y la negociación. Para que la gente se ilusione de nuevo, estos presupuestos deberían hablar en positivo a la gente más golpeada por la crisis.

El autor es miembro de Aranzadi