Hoy conmemoramos el Día Mundial del Libro, un gran día para festejar y reivindicar la cultura. Es una efeméride que en Geroa Bai siempre hemos señalado, y este año nos parece de especial importancia hacerlo. La Historia ha demostrado suficientemente que el fascismo y la ultraderecha detestan la cultura y los valores democráticos que suele conllevar. Porque una característica de la cultura es que contribuye a crear seres libres, críticos y con personalidad propia, algo básico en una democracia.

La xenofobia, el rechazo de la pluralidad, la mentalidad prejuiciosa frente al mundo exterior y la construcción de chivos expiatorios se han convertido en tendencia mundial. Por eso, debemos tomarnos en serio la cuestión de la ultraderecha en el Estado y en Europa. El 10 de mayo de 1933, en su Acción contra el espíritu antialemán, los partidarios de Adolf Hitler destruyeron miles de libros y todo tipo de obras literarias. Los nazis ya sabían del poder de la cultura y el libre pensamiento en una sociedad democrática, y se encargaron de acabar con ellos como fuera. Pocos años más tarde, también el régimen franquista se encargó de censurar libros, obras de teatro, películas, canciones, el uso de lenguas propias como el euskera? todo aquello que saliera de su concepción totalitaria de su España Una, Grande y Libre.

Hoy en día, la ola represiva y censuradora impulsada por la ultraderecha vuelve a amenazar con arrollar toda manifestación de disidencia y de libre pensamiento. Si bien la voluntad de partidos como el PP respecto de la cultura quedó clara durante su reciente mayoría absoluta, con acciones como la subida del IVA cultural o la represiva ley Mordaza que persigue incluso a quien hace crítica social desde el humor, la llegada de partidos como Vox no hace sino acelerar una cruzada contra la disidencia intelectual.

La alianza de fuerzas centralizadoras que no respetan nuestro autogobierno es una gran amenaza para Navarra. Es peligrosísimo que los socios de UPN -Ciudadanos y Partido Popular- aboguen por eliminar la capacidad de Navarra de gestionar su propia Educación y Cultura, pilares básicos del Estado de Bienestar. En Educación, por ejemplo, Navarra lidera junto a la CAV todos los indicadores de calidad, algo que no podemos desvincular de nuestra capacidad de gestionar nuestros propios recursos. Y si no queremos caer en la irrelevancia cultural, tiene que seguir siendo así.

Durante esta legislatura, en Navarra nos hemos tomado muy en serio la cultura: el último hito ha sido la aprobación de la Ley Foral de Derechos Culturales. Esta ley, pionera en el Estado y en Europa, y que ha contado con una amplia participación de los sectores más directamente implicados, supone el fin de la fragmentación legislativa que existía en este ámbito en Navarra, ofreciendo garantías comunes a los sectores creativos y fijando los principios de igualdad de acceso a la cultura -físico, psíquico, sensorial y virtual- y de participación en el desarrollo cultural de la comunidad.

Otra característica de dicha ley es un tratamiento fiscal razonable, ecuánime y equitativo que atiende a la especificidad, irregularidad y naturaleza intermitente de los ingresos que proceden de la creación cultural. La ley reconoce fiscalmente la especificidad del trabajo artístico, adaptándose la fiscalidad navarra a las propuestas y recomendaciones incluidas en el Informe de la Subcomisión para la elaboración de un Estatuto del Artista. Así mismo, regula el nuevo Consejo Navarro de Cultura y las Artes, cuyos vocales serán remunerados en función de su actividad.

Sin embargo, no podemos caer en la autocomplacencia ni relajarnos. Los partidos conservadores ya manifestaron su oposición a esta ley, y no tenemos ninguna duda de que -si de ellos depende- su desarrollo será el más limitado posible; más todavía si consiguen arrebatarnos los instrumentos de autogobierno que Navarra todavía posee, como el Convenio Económico. Queda mucho por hacer para mejorar la situación de los y las artistas navarras, y del ámbito cultural en general, pero -como hemos expresado previamente-, durante esta legislatura hemos dado pasos en la buena dirección.

Por todo ello, decimos alto y claro que reivindicaremos y defenderemos la pluralidad cultural navarra, del mismo modo que disfrutamos y disfrutaremos el trabajo creativo de nuestros y nuestras artistas. Por eso afirmamos que el autogobierno navarro no se toca, que los derechos culturales de su ciudadanía no se tocan y; en definitiva, que la cultura no se toca.

Candidatos al Congreso por Geroa Bai, y candidata al Senado por Cambio Aldaketa, respectivamente