En 1992 la Organización Mundial de la Salud reconocía la ludopatía como un trastorno y la incluía en su clasificación internacional de enfermedades. Años después, el Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales identificaba la ludopatía como una auténtica adicción carente de sustancia. A la fecha numerosos ensayos clínicos demuestran que se trata de una condición que afecta gravemente no sólo al o la individua, sino a todo su entorno familiar, laboral y de amistades, con consecuencias económicas y emocionales que sobrepasan a la propia persona enferma. La llamada droga carente de sustancia.

Droga que produce muchos beneficios, y una muestra de ello son las presiones de los lobbies del juego que en 2018 se reunieron con 96 cargos institucionales para influir en sus decisiones, así como la Directiva Bolkenstein de la Comisión Europea, que regula a favor de los lobby en la normativa de actividades locales o regionales en el tema de casas de apuestas y la industria del juego.

Nos falta el diagnóstico de la realidad actual en materia de juego y apuestas en nuestra comunidad. Sin embargo, tenemos algunos datos de los últimos años. La encuesta que se publicó en mayo de 2016 sobre Los/las jóvenes y la salud. En ella se daban varios datos, algunos de ellos preocupantes. Por ejemplo, el 33,2 por ciento de los jóvenes entre 14 y 29 años dice que hace este tipo de apuestas, que principalmente utilizan los locales de apuestas deportivas para hacerlas, y también hay un sesgo de género: en algunas franjas de edades el número de hombres llega a ser el triple que el de mujeres. También que cada vez avanza más la apuesta on line. En Navarra, en los dos últimos años se han abierto 12 salones de juego. Nos encontramos ahora con 53 y 14 tiendas de apuestas. Se jugaron un total de 342,92 millones de euros en las diferentes modalidades: bingos, tragaperras, apuestas, Loterías y Apuestas del Estado y los sorteos de la ONCE, y se apostaron un total de 74 millones. Por tanto, hay costumbre y permisividad.

A su vez, diversas asociaciones de personas afectadas por la ludopatía han dado la voz de alarma al constatar un aumento sin precedentes de las altas por adicciones al juego entre sus usuarias, y tanto en los medios de comunicación como en la sociedad en general es fácil constatar la preocupación por las consecuencias que puedan darse del crecimiento de esta actividad.

Diferentes personas expertas en juego patológico y adicciones comportamentales explican que la publicidad impacta principalmente en dos colectivos vulnerables: “Por un lado, los y las niñas y adolescentes, y, por otro, aquellas personas que ya tienen una conducta de juego problemática”, constituyendo los medios de comunicación uno de los principales ejes que necesariamente han de regularse adecuadamente para proteger los derechos de las personas más vulnerables.

En el pasado ya se han realizado regulaciones y limitaciones similares con sustancias que, pese a ser legales, como el alcohol o el tabaco, no dejan de tener efectos indeseados socialmente, y hoy disponemos de datos que avalan empíricamente que tales restricciones han logrado una reducción considerable del número de personas adictas a estas sustancias y una mejora en la salud general de la población.

Es importante que desde las Administraciones Públicas se asuma con determinación una situación que puede desembocar en un problema social de envergadura. Por eso desde y en el Parlamento de Navarra en la legislatura 2015/2019 se han realizado varios debates y aprobado algunas medidas. En el Gobierno también. Medidas que deben de seguir ampliándose rápidamente de manera transversal afectando a diferentes departamentos como se solicitó en enero 2019 en la interpelación/moción firmada por esta exparlamentaria y que no pudo llegar a votarse en el último momento. En ella se pedía: destinar el 1 por 100 de la recaudación procedente de los tributos sobre el juego reseñados en la Ley Foral 27/2016, de 28 de diciembre, y el mismo porcentaje procedente de la imposición de multas pecuniarias por infracciones en materia de juego, a programas específicos para la prevención, tratamiento y rehabilitación de la dependencia al juego de azar.

Que en los medios de comunicación en los que tenga competencias la comunidad no emitan publicidad que, directa o indirectamente promueva el juego on line, los salones de juego o las casas de apuestas, independientemente del horario o la concreta programación de la que se trate. Este mismo criterio se aplicaría con los equipos deportivos de Navarra. Osasuna y otros.

Elaboración de una regulación de la implantación territorial de las salas de juego que impida su concentración o su instalación en lugares de especial riesgo por su cercanía a centros de terapia para ludópatas, centros educativos (educación primaria, secundaria, FP, UPNA...), etcétera.

La incorporación de información sobre el juego en las campañas escolares sobre adicciones y prevención. Inclusión en la Cartera de Servicios la asistencia en adicciones, la atención a los problemas derivados del juego patológico para personas afectadas y sus familias. Asegurar la asistencia rápida y eficaz a las personas que soliciten ayuda por su adicción al juego, posibilitando la derivación desde Atención Primaria y desde las asociaciones que trabajan en ello, reduciendo las listas de espera.

Asegurar recursos de acogida adecuados a las mujeres víctimas de violencias machistas con adicción al juego. En la actualidad no pueden entrar en los servicios existentes. Incorporar en el Observatorio de Salud el tema del juego con el objetivo de que se trate como lo que es: un problema de salud, de adicción, incorporando al INAI y al departamento de Deporte y Juventud en el grupo de trabajo específico aprobado en octubre de 2108. Todos los estudios y propuestas deberán de llevar el informe de impacto de género.

Y en concordancia con todo lo anterior, que se incorporen criterios relacionados con el control del juego y las apuestas en las cláusulas de contratación y de las subvenciones que se conceden. El dinero público no debe servir para agravar el problema.

Como decía, con el juego, no se juega. Tenemos la posibilidad de actuar antes de que nos desborde, como sucedió con la heroína en los 80/90. No es un problema moral. Es un problema de salud de la población de todas las edades. Urge hacerlo.

La autora es técnica de Igualdad y exparlamentaria