el edificio Zure-Tokia que la sociedad pública Nasuvinsa ha proyectado en el solar municipal vacío que estaba ubicado en el número 18 de la calle Río Alzania del barrio pamplonés de Azpilagaña ha contemplado albergar en su entreplanta un txoko, a modo de sociedad gastronómica de uso comunitario. La anécdota con la que iniciamos este artículo no es en absoluto baladí. Y que el proyecto se ubique en pleno barrio de Azpilagaña, tampoco. Ambos detalles denotan una determinada forma de entender las nuevas respuestas al derecho a la vivienda que estamos dando a nuestras personas mayores y, sobre todo, una forma de enmarcarlas en un contexto social y de barrio, en una apuesta integral por el envejecimiento activo. Las formas de vida, las necesidades, demandas e inquietudes de nuestros y nuestras mayores están cambiando -ya han cambiado-, lo que nos exige a los poderes públicos que también debamos cambiar nuestras respuestas. Empezando por las casas.

El edificio Zure-Tokia, destinado a construir 32 apartamentos de alquiler público para mayores de 65 años, no tiene una gran sala con una hilera de sillas donde aparcar a sus inquilinos a ver la tele y tampoco es una residencia al uso, apartada en la periferia de la ciudad y rodeada de plácidos jardines para pasear. En cambio, el edificio estará equipado con wifi para conectarse, comunicarse o navegar por el mundo. No tendrá grandes y fríos pisos de 90 metros cuadrados, pero sus pequeños apartamentos serán totalmente accesibles, así como sino también versátiles y convertibles en una o dos habitaciones para adaptarse en cada momento a las distintas necesidades de los y las inquilinas, que pueden vivir en pareja o en viudedad, que pueden requerir de un espacio para una persona cuidadora o no, o que pueden querer disponer de una habitación libre para disfrutar de sus nietos y nietas a la salida del colegio o los fines de semana, entre otra infinidad de circunstancias personales diversas. El edificio estará dotado de salas de psicomotricidad, asistenciales y de servicios comunes, pero también de talleres de formación y actividad lúdica, cultural o social; de hecho, las dos plantas bajas del edificio, cedidas al Ayuntamiento para uso municipal, albergarán una jubiloteca o un centro comunitario que lo conectará con el entorno urbano del barrio. El edificio, en definitiva, está ya pensado de otra manera, pensado con mente de mayores.

Y sí, claro, como decíamos al principio, Zure-Tokia tendrá también un txoko para que las personas mayores puedan compartir con sus hijos e hijas, con sus nietos y nietas, con sus amistades o compañeros de barrio no solo un útil rincón culinario, sino también un espacio de convivencia, autogestionado y activo. Y, gracias a la fórmula de cesión de un solar municipal en Azpilagaña, este edificio podrá estar plenamente integrado en la trama urbana de un barrio consolidado -y uno de los más envejecidos de Pamplona- para que las personas mayores puedan integrarse en el espacio relacional del barrio, con acceso a servicios compartidos, en contacto con el comercio de cercanía y puedan participar, en definitiva, en la construcción del espacio público y una ciudad abierta, sin que necesariamente tengan que retirarse a esos plácidos jardines de la periferia.

Zure-Tokia encierra otras importantes innovaciones arquitectónicas de edificación sostenible, como que será el primer edificio dotacional con estructura y cerramientos de madera (de ahí el término Zur, madera que le da nombre, que se traduce al mismo tiempo como tu lugar) y la primera promoción pública en aplicar la metodología Building Information Modeling (BIM) en el diseño y mantenimiento del inmueble; que se construirá bajo el estándar Passivhaus -el más exigente en consumo energético casi nulo- o que incorpora, como fuentes energéticas renovables, la biomasa y techos fotovoltaicos con sistema de almacenamiento Plug & Play. Son cuestiones todas ellas que lo convierten en un edificio singular, sin duda. Pero no perdamos de perspectiva que Zure-Tokia es, fundamentalmente y sobre todo, un proyecto social. Es otra forma de responder a cómo viven y quieren vivir nuestras y nuestros mayores, de responder con audacia a los nuevos retos que el envejecimiento activo está planteando a la arquitectura, pero también a los servicios sociales.

El área de Acción Social y Desarrollo Comunitario del Ayuntamiento de Pamplona-Iruña, que ha colaborado en la filosofía de este proyecto y lo seguirá haciendo en la posterior gestión del alquiler de estas viviendas, debe ser muy sensible a la realidad, las inquietudes y las formas de relacionarse con la ciudad que nos están planteando las personas mayores. Hagamos de Zure-Tokia el espacio de todas y todos. Firman este artículo: Itziar Gómez López (Portavoz del grupo municipal de Geroa Bai) y Esther Cremaes Mayorga (Concejala de Acción Social y Desarrollo Comunitario en el Ayuntamiento de Pamplona-Iruña)