Nos preguntan estos días: ¿por qué habláis de 100.000 inmatriculaciones en el Estado, de más de 5.000 en Navarra? Antes de entrar en el asunto, será conveniente aclarar un par de conceptos.

Distinguimos entre inmatriculaciones y bienes inmatriculados: una inmatriculación puede contener varios bienes. Un ejemplo paradigmático es la inmatriculación de la Catedral de Sevilla en cuya nota simple leo que incluye la propia catedral, la parroquia del Sagrario y las dependencias anexas (¡sic!) (la Giralda y el Patio de los Naranjos). En muchos casos, una inmatriculación representa varios bienes inmatriculados.

¿Por qué hablamos de notas simples y no de listados? Un listado nos informa, por ejemplo, de que en el municipio de Baztan se ha inmatriculado una finca (nº nnn) dedicada a pastos. No sabemos ni en qué pueblo, ni su superficie, ni cuándo se inmatriculó, ni qué finca es. La nota simple nos deberá aportar esa y más información.

La inmatriculación es un procedimiento para inscribir por primera vez un inmueble en el Registro de la Propiedad. Es un procedimiento previsto para las administraciones públicas, pero en 1946 el Decreto de 8/2/1946 (franquista, por supuesto) equiparó la Iglesia católica con el Estado para poder utilizar este procedimiento cuando carezca de título escrito de dominio.

El artículo 304 del Reglamento Hipotecario, aprobado por el Decreto 14/2/1947, establece que las certificaciones requeridas para la inmatriculación de bienes por la Iglesia católica serán expedidas por los obispos respectivos.

Este es el meollo de las inmatriculaciones: la Iglesia católica equiparada con las administraciones públicas y los obispos convertidos en notarios. El obispo certifica que un inmueble es suyo y con esa certificación lo inscribe en el Registro como propio. Así de simple, aunque parezca mentira.

Pero hay un elemento adicional que tiene una importancia crucial: el procedimiento es absolutamente opaco; no tiene nada que ver con la publicidad y transparencia que el Registro requiere habitualmente. Tanto es así que un procedimiento en vigor desde 1946 no se detecta y denuncia hasta 2007. Hoy seguimos sin saber cuántos y cuáles son los bienes inmatriculados.

El 24 de abril de 2017, en una entrevista de Angels Barceló (Cadena SER), Fernando Giménez Barriocanal, vicesecretario para Asuntos Económicos de la Conferencia Episcopal Española, reconoció la existencia de entre 30.000 y 40.000 inmatriculaciones. Curiosamente, hace unas semanas hemos sabido que después de 1998 se habían inmatriculado 34.984 bienes.

En febrero de 2008, la presidenta del Parlamento de Navarra solicitó al Ministerio de Justicia la información de los bienes inmatriculados en Navarra. En dos meses, la directora general de los Registros y del Notariado remite la información solicitada: 1.087 inmatriculaciones realizadas en Navarra entre 1998 y 2007. Ha sido durante mucho tiempo la única referencia documentada del volumen de lo inmatriculado, si bien hay que constatar que desde administraciones autonómicas, municipales y desde movimientos sociales de diversa naturaleza se han ido identificando miles de bienes inmatriculados.

El 9 de febrero de 2017, la coordinadora Recuperando registra en el Congreso de los Diputados dos iniciativas parlamentarias; una de ellas demanda que el Congreso de los Diputados recabe el listado de los bienes inmatriculados por la Iglesia católica al amparo del derogado art. 206 de la Ley Hipotecaria. El 4 de abril de 2017, la Comisión de Justicia del Congreso de los Diputados aprueba la PNL presentada por el PSOE por la que “insta al Gobierno a que, en el plazo improrrogable de seis meses, elabore un estudio en el que se recojan todos aquellos bienes que desde 1998 han sido inmatriculados a favor de la Iglesia católica”.

El 19 de mayo de 2017, el Ministerio de Justicia responde a una pregunta parlamentaria que no dispone de dato alguno relativo a la inmatriculación de bienes de la Iglesia católica al tratarse de una cuestión ajena al ámbito de sus competencias. El 19 de octubre de ese mismo año, el Gobierno responde a la PNL indicando que “se ha pedido al Colegio de Registradores de la Propiedad una relación de todas las inmatriculaciones llevadas a cabo por vía del artículo 206 de la Ley Hipotecaria”. En menos de un año, el Gobierno de Rajoy ha pasado de afirmar que no dispone de dato alguno sobre inmatriculaciones a reconocer que ha solicitado esos datos al Colegio de Registradores. El 5 de febrero de 2018, el Colegio de Registradores envía al Ministerio de Justicia la información solicitada.

El 2 de agosto de 2018, el Gobierno de Pedro Sánchez confirma en respuesta parlamentaria que “el Ministerio de Justicia se encuentra en estos momentos procesando los datos para la realización del listado de bienes inmatriculados y se prevé que una vez finalizado se proceda a su publicación”.

El 14 de octubre Maldita.es logra el compromiso del Consejo de Transparencia de entregarle el listado de las 34.984 inmatriculaciones realizadas por la Iglesia católica después de 1998. El 27 de noviembre, el Ministerio de Justicia recurre esa resolución del Consejo de Transparencia. En poco más de un año, el Gobierno de Sánchez ha pasado de afirmar que procederá a la publicación de los bienes inmatriculados a recurrir sus propias actuaciones para impedir que esa publicación se produzca.

La Coordinadora Recuperando estima que el número de bienes inmatriculados supera los 100.000. Sabemos que las inmatriculaciones realizadas después de 1998 ascienden a 34.984. Cada inmatriculación contiene uno o más bienes. En consecuencia, podemos suponer que los bienes inmatriculados después de 1998 superan los 50.000. Por otra parte, sabemos que las inmatriculaciones realizadas en Navarra antes de 1998 ascienden a 1.431 frente a las 1.087 entre 1998 y 2007. En Gipuzkoa se han realizado 362 inmatriculaciones antes de 1998 y solo 9 después. Podemos, por ello, sostener la hipótesis de que las inmatriculaciones realizadas antes de 1998 fueron más numerosas que las posteriores. En consecuencia, podemos defender que el número de bienes inmatriculados supera los 100.000. Si la Iglesia o el Estado cuestionan estas hipótesis, pueden rechazarlas haciendo públicas las notas simples de las inmatriculaciones realizadas entre 1946 y 2015.

Paralelamente podemos argumentar que, si antes de 2008 se produjeron en Navarra más de 2.500 inmatriculaciones según cifras oficiales proporcionadas por el Ministerio de Justicia, el número de bienes inmatriculados supera los 5.000.

El autor pertenece a la Plataforma de Defensa del Patrimonio Navarro y a la Coordinadora Recuperando