estos días pasados nos ha sorprendido la Confederación de Empresarios de Navarra con un decálogo frente a la siniestralidad laboral en el que no cita el deterioro de la condiciones de empleo asociado a las últimas reformas laborales de 2010 y 2012 de las que se beneficia y que toda publicación reconoce por su papel mayor en la explicación del aumento de los accidentes de trabajo que se está produciendo desde el año 2013. Claro que esta organización está encantada con esas reformas cuyo mantenimiento solicita un día sí y otro también al actual y al futuro gobierno estatal.

Desde la Plataforma Navarra de Salud / Nafarroako Osasun Plataforma no vamos a debatir algunas muy cuestionables soluciones de la CEN frente a la siniestralidad laboral, ni a extendernos en el aplauso a otras que compartimos y que han sido avanzadas anteriormente o ya puestas en marcha por la Administración navarra.

Sin embargo, hay una demanda que desde esta plataforma rechazamos frontalmente, como es la que propone compartir la historia clínica de las trabajadoras y los trabajadores que existe en el Servicio Navarro de Salud-Osasunbidea con las Mutuas empresariales, los Servicios de Prevención y, suponemos un error del periodista aunque vaya usted a saber, con la propia representación empresarial.

Las direcciones de las Mutuas colaboradoras de la Seguridad Social y de los Servicios de Prevención, propios y más los ajenos, demuestran hasta la saciedad su dependencia de las directrices empresariales a la hora de negar el origen de los daños laborales. Lesiones por accidentes de trabajo y enfermedades profesionales son ocultadas no siendo notificadas por las empresas o registradas por las mutuas para evitar incómodas visitas de las administraciones públicas o en caso de multinacionales, para lograr objetivos de gestión.

Lamentablemente faltan pruebas que demuestren el respeto de los gestores de mutuas y servicios de prevención por la independencia profesional de sus facultativos. Qué más quisiera el empresariado que disponer de unos antecedentes clínicos no laborales de las y los trabajadores, para negar el papel de los riesgos laborales a la hora de explicar los daños derivados del trabajo. Las trabajadoras saben que muchas veces está la maldita edad para explicar sus dolores de espalda. Los trabajadores juegan a pala y por eso padecen tendinitis. Sus preocupaciones familiares siempre están detrás de su trastorno adaptativo. A pesar de su creencia en demasiadas ocasiones se les niega que sean las posturas forzadas, los movimientos repetidos o los ritmos endiablados del trabajo los factores que explican sus lesiones.

El señor Sarría, presidente de CEN, muy educado, pide que el acceso a la historia clínica se realice previa autorización. Como si las empresas fueran foros democráticos en las que las y los trabajadores decidieran libremente sobre su salud y sus condicionantes.

Desde esta Plataforma llamamos a las y los trabajadores a estar atentos ante cualquier avance de los gobiernos actuales y futuros en responder positivamente a la solicitud de la CEN. De poder expulsar a personas enfermas las empresas pasarán a expulsar a personas con antecedentes médicos que puedan poner mínimamente en peligro el ascenso continuo de sus beneficios.

Los autores pertenecen a Nafarroako Osasun Plataforma / Plataforma Navarra de Salud