o son las únicas polémicas que se escuchan y debaten estos días en nuestra querida ciudad, desgraciadamente, pero sí dos de las que más vuelo están cogiendo y que reflejan de forma muy nítida el estilo de gobierno (o desgobierno) que destila Navarra Suma. En ambos casos, dedican más esfuerzos en pretender ocultar el problema que en ponerle remedio. Y así estamos con todos los temas importantes de la ciudad.

Después de 20 meses con este gobierno municipal de derechas ya nos han quedado claras algunas cosas. No hay ideas ni proyectos, la gestión municipal es deficiente, y la prioridad a la hora de abordar los problemas de la ciudad no se corresponde con lo que la ciudadanía desearía. Qué se puede esperar de un alcalde que, en vez de impulsar el uso de la bicicleta, propone ponerle un impuesto; o que habla de que el pequeño comercio es muy caro mientras programa suelo para implantar nuevos hipermercados junto a Arrosadia, Azpilagaña e Iturrama. Y no contento con ello, le llama al orden al sector comercial por criticarle€

Volviendo al tema de las ratas; no resulta en modo alguno aceptable que, en vez de atender las quejas y sugerencias sobre la existencia de esta plaga (que todo el mundo percibía, menos ellos) y ponerle remedio, Navarra Suma se dedique a llevar este debate a la Mancomunidad para tratar de sacudirse la responsabilidad. Da igual que, con ello, ensucie el sistema de recogida de residuos orgánicos mediante el sistema de tarjetas. Es lo que se denomina enchufar el ventilador€ Pero lo más grave es que lo hizo (tirar balones fuera) reconociendo además que no tenía datos oficiales para sostener sus tesis. Vamos, al más estilo populista-trumpista.

Pero como antes se coge al mentiroso que al cojo, las últimas noticias sobre puntos de aparición de ratas han desbordado los límites políticos que les había marcado el concejal de Sanidad y han puesto de manifiesto ese proceder poco serio e irresponsable que ya es seña de identidad de este tripartito de derechas. Y es que los roedores han aparecido nada más y nada menos que a las puertas del II Ensanche, en una zona muy transitada y céntrica, no en barrios periféricos humildes cercanos al río... Al parecer, las ratas no están por darle cuerda a las tesis negacionistas que, sobre su existencia y proliferación, tiene el alcalde Maya y se permiten campar a sus anchas en pleno día en una rotonda del centro... Así que, ante la evidencia incuestionable, el primer edil, de nuevo, ha tenido que rectificar a regañadientes, aceptar las pautas de actuación reclamadas por la oposición y anunciar un plan de choque.

Tarde, como siempre, y esperemos que no mal, como en otras muchas ocasiones. Y es que es inevitable acordarse en este punto de la pifia en la calle Amaya donde, después de lanzarse a empezar la casa por el tejado (antes debió intervenir en la cuesta del Labrit tal y como le advertimos), ocasionar semanas de insufribles atascos y dar varios tumbos, decidió revertirlo y no hacer nada más. Todavía estamos esperando, más de año y medio después, que presente un proyecto para ese corredor que dejamos diseñado y financiado en el mandato anterior.

Pero volvamos al tema que nos ocupa. Con un esquema de actuación similar al de la plaga de ratas ha afrontado este gobierno municipal la oleada de atracos en casas y comercios de la Txantrea. Pese al toque de queda y a una presencia asfixiante de las diferentes policías en este barrio, hay quien ha podido campar a sus anchas a la hora de acceder a viviendas y locales para hacerse con lo ajeno, con el susto y el miedo que eso ha metido en el cuerpo de muchos y muchas. Las quejas no son solamente porque se produzcan este tipo de asaltos, sino sobre todo porque la reacción del Ayuntamiento ha vuelto a ser escapista hasta el punto de que ha sido el vecindario el que ha tenido que organizarse.

Esta vez Navarra Suma también ha dicho eso de que "no es para tanto" y ha manejado la excusa de que, en algunos casos, el objetivo era la ocupación, aunque hablemos siempre de viviendas habitadas€ Pero, la verdad, estas excusas no les han servido. Con razón se escuchan quejas amargas en la Txantrea que denuncian que el alcalde Maya está más preocupado por perseguir policialmente a las cuadrillas de gente joven que en buscarles alternativas de espacios y actividades en estos tiempos tan complejos de pandemia. Y estas quejas van acompañadas de un argumento diáfano: mientras ha llenado el barrio de policías para ir contra los jóvenes, los robos se han disparado... Y conste que para solucionar ese problema no estamos pidiendo más policía, más bien al contrario: pedimos más prevención, más atención a los problemas sociales, más diligencia en escuchar y procurar resolver los problemas de la gente. En definitiva, más acción comunitaria y más pedagogía porque esa es la receta correcta para evitar no solo estos hechos, sino lo que es más importante, sus causas y consecuencias.

Los robos y las ratas son solamente dos de los muchos problemas que preocupan a la ciudadanía pero, desgraciadamente, hay muchos más. Falta de política de vivienda social, nuevas grandes superficies comerciales, desmantelamiento de la red de trabajo comunitario, ninguna alternativa para el sector cultural, respuesta pobre y selectiva para el sector de la hostelería, persecución al euskara€ Pero, tranquilicémonos, el señor Maya está muy preocupado por las corridas de toros. Así nos lo ha hecho saber de forma reiterada. Este alcalde, definitivamente, vive de espaldas a la gente y a sus problemas reales.

El autor es concejal de EH Bildu en el Ayuntamiento de Iruñea