econozco mi pasión, cariño y sentimiento por Lekunberri, mi pueblo, y Navarra, mi tierra. Eso no excluye mi gusto y reconocimiento de otros lugares del planeta, pues me apasiona viajar, conocer otros lugares, territorios, países y sus culturas y tradiciones. Y en ese sentido, de todos y cada uno de los lugares que he podido estar por motivos personales y/o profesionales, regiones, países, empresas, cooperativas, grupos y/o asociaciones, he aprendido y tomado buena nota de todo aquello aplicable a mi vida personal y profesional, y por supuesto he aprendido de mis propios errores. Es lo que llamamos experiencia, que solo los años, pero especialmente las vivencias y las ganas de aprendizaje y mejora continua, te dan. Pero también el gusto por lo de aquí, por lo nuestro, ese sentimiento de pertenencia que te dicta que cuanto más viajas más de aquí te sientes, y más reconoces y pones en valor lo más cercano.

Y en esa puesta en valor no debemos ir muy lejos para encontrar un ejemplo de buenas prácticas y experiencias, al tiempo de no dejarnos llevar por la autocomplacencia sino por la apuesta por la mejora continua. Porque la humildad, al contrario de lo que alguno/as creen, no se trata de no mostrar o poner en valor las virtudes de uno/a, sino que se trata de una virtud humana atribuida a quien ha desarrollado conciencia de sus propias limitaciones y debilidades, de sus virtudes y potencialidades, y con todo ello, obra en consecuencia.

Hace cuestión de unos 25 años, cuando aún no se ha hablaba del fenómeno de la despoblación de las zonas rurales, pero comenzaban ya a despuntar estrategias encaminadas a fomentar un mundo rural vivo y activo, el Ayuntamiento de Lekunberri apostó por la revitalización industrial como modelo de desarrollo económico y de generación de empleo de cercanía y calidad. Esto suponía, indudablemente, apostar por unas infraestructuras y servicios que favorecieran un desarrollo industrial consolidado y sostenible. Estos proyectos de infraestructuras -de suministros energéticos, de movilidad y vialidad, de urbanización de suelo industrial, etcétera- se pueden discutir, adecuar e integrar en el entorno con el mejor encaje posible, claro. Pero la oposición sistemática a los mismos cuestiona el propio modelo de desarrollo territorial sostenible por el que ha apostado Lekunberri y que tan buenos resultados ha dado tal como muestran los datos de evolución socioeconómica del municipio, dejando al mismo tiempo en evidencia a esa sistemática oposición.

Esa apuesta, unida a otras como un desarrollo territorial y urbano sostenible y el despliegue de una carta diversificada de servicios en el entorno rural, hace que a día de hoy Lekunberri apenas tenga un 5% de paro, considerado paro técnico, y una evolución positiva de su población duplicando la misma en estos últimos 25 años y pasando, por ende, de los 800 habitantes de finales de los 90 a los más de 1.600 actuales. Todo un hito, y más en el contexto actual de despoblación rural que nos rodea. Y estas cifras no sólo hablan de cuestiones demográficas meramente cuantitativas: hablan, sobre todo, de un pueblo con vitalidad, con actividad, con dinamismo... y, sobre todo, de un pueblo con futuro.

En ese tiempo, las inversiones han sido numerosas, tales como el nuevo centro escolar, el centro de educación infantil 0-3, el complejo deportivo, centro de día, varias ampliaciones del polígono industrial, etcétera, inversiones que en su conjunto ascienden a más de 15 millones de euros con un presupuesto corriente que ronda los 2-3 millones de euros anuales, y que con incluso una crisis económica de por medio como lo fue la de 2008 a 2014, que hizo que la deuda económica ascendiera a algo más del ratio de estabilidad financiera, reconducida en los siguientes ejercicios sin que se haya resentido en el nivel de sus servicios, pero apuesta y endeudamiento sin los cuales hoy no estaríamos en la situación actual. Decisiones y apuestas valientes y arriesgadas en aquel presente bueno por un entonces futuro aún mejor.

Los tiempos y los retos cambian, pero lo que no debe cambiar es el espíritu y actitud de mejora continua, de afrontar con convicción y sin miedo las decisiones importantes ante los retos que nos lleven de una situación buena a una muy buena, porque las decisiones de hoy determinarán la situación del mañana. Retos como el cambio climático, la movilidad sostenible y el aumento del bienestar social mediante el refuerzo de los servicios se unen a la seña de identidad de Lekunberri por el desarrollo industrial enmarcado con naturalidad en un entorno rural y verde. Una buena gestión necesita de toma de decisiones, con sus aciertos y errores, y que midiéndose en su globalidad necesita de un proceso de evaluación en el estadio previo a la decisión y otro durante y después para medir su impacto y consecuencias.

A pesar de la buena situación económica y de empleo, es hora de seguir apostando por la competitividad de nuestro polígono industrial y nuestras empresas, y su acompañamiento. Es hora de apostar por la formación de nuestros jóvenes y trabajadores como garante de un empleo de cercanía y calidad, uniendo demanda y oferta, y su acompañamiento. Y generar nuevas oportunidades, para empresas y empleado/as, jóvenes y no tan jóvenes, de nuevas inversiones y desarrollo profesional y personal en Lekunberri. Y también para autónomos y emprendedores, y por qué no, prepararnos y adecuar espacios para un teletrabajo que ha llegado para quedarse.

Y es hora también de mejorar y mantener las infraestructuras actuales, pero también aquellas nuevas que hacen viable el crecimiento de algunas de las empresas, como es el gaseoducto recientemente paralizado cautelarmente por recursos que, escudándose en meras formalidades procedimentales, han interpuesto ayuntamientos colindantes, y cuyos vecinos y vecinas también se benefician del empleo generado en el polígono y entorno de Lekunberri. Porque no olvidemos, el empleo industrial da empleo y vida no solo a Lekunberri y lo/as lekunberritarras, sino que hace posible la supervivencia de tantos servicios como modelos de vida mixtos en un entorno rural como el de nuestra comarca, igual que otras actividades y sectores de la misma se complementan como la primera, haciendo un equilibrio de desarrollo perfecto en la zona.

Todo esto y mucho más es Lekunberri ON: el Plan Estratégico de Competitividad, Formación y Empleo de Lekunberri. Una apuesta por mantener y mejorar el bienestar económico y social de Lekunberri, en la que el Ayuntamiento como promotor y tractor de este proyecto innovador y pionero por cómo nace y se desarrolla, y con la inestimable colaboración de la asistencia técnica e imprescindible participación de una treintena de empresas, asociaciones, entidades, instituciones y centros de formación, se unen como un solo equipo con un mismo objetivo. Todo un laboratorio de ideas, de sinergias y apuesta por un Lekunberri mejor, un Lekunberri ON.

  • El Ayuntamiento de Lekunberri apostó por la revitalización industrial como modelo de desarrollo económico y de generación de empleo de cercanía y calidad
  • Los tiempos y los retos cambian, pero lo que no debe cambiar es el espíritu y actitud de mejora continua, de afrontar con convicción y sin miedo las decisiones importantes

El autor es alcalde de Lekunberri, miembro de la Ejecutiva de Geroa Socialverdes