Tras afrontar la pandemia ocasionada por el covid-19, y sin terminar de paliar sus efectos, las distintas administraciones, entre las que se encuentra el Gobierno de Navarra, se enfrentan a las consecuencias socioeconómicas de la guerra en Ucrania, donde el precio y el abastecimiento del gas es parte de la estrategia bélica de Putin para hacer daño a la UE.

El precio o el suficiente abastecimiento del gas inciden directamente en la economía mundial. Y esto es así porque afectan a las familias, a las empresas, a los avances tecnológicos, y lo es por cuanto el gas incide en el precio de la electricidad. Es el incremento de los costes de la energía y de las materias primas la principal causa de la actual tasa de inflación, la más alta en los últimos 38 años.

Nos encontramos ante un escenario complejo; un nuevo escenario geopolítico. La economía foral presenta fortalezas que se traducen tanto en forma de crecimiento económico como en creación de empleo. La recientemente aprobada reforma laboral y el diálogo social están siendo piezas clave. En Navarra, hemos de seguir desarrollando el Plan de Empleo para así generar más empleo de calidad. A su vez, como lo hicimos frente a la pandemia del covid-19, desde el Gobierno de Navarra seguimos tomando medidas para proteger a la ciudadanía en su conjunto.

Ayudas directas a sectores productivos y a las familias, medidas fiscales concretas, o cambios normativos es lo que el Gobierno de Navarra viene realizando a lo largo de esta legislatura. Y seguimos inmersos en nuestra tarea.

La finalidad es clara y los objetivos van, desde la transformación del modelo productivo, ahondando en la eficiencia y eficacia del gasto público, a una apuesta intensa por las energías renovables, sin dejar de trabajar en la lucha contra el fraude fiscal, en el desarrollo de una fiscalidad verde que va a estar cada vez más presente y en la redistribución de la riqueza.

Es tiempo de política útil, de política con mayúsculas. De política regional, nacional e internacional. Una de las principales herramientas en estos momentos para desarrollar políticas para la ciudadanía son los Presupuestos Generales de Navarra. Navarra necesita unas cuentas públicas que den certidumbres, que canalicen las importantes cantidades provenientes de los Fondos Next Generation EU y que ofrezcan confianza y estabilidad política en un contexto como el actual.

Como sucedió en la lucha contra la pandemia de la covid-19, hemos ido realizando políticas de acompañamiento de la sociedad y, juntos, conseguimos combatir contra la pandemia.

Esas políticas, esas múltiples medidas que se han ido aprobando en el Parlamento Foral a lo largo de esta compleja legislatura, han de reflejarse también en los próximos presupuestos.

El Gobierno de Navarra está centrado en resolver los problemas de la ciudadanía en su conjunto. Gobernar es priorizar, tomar decisiones, actuar con rigor y responsabilidad. La hoja de ruta es clara y pronto conoceremos el techo de gasto para 2023 así como el conjunto de medidas fiscales para el próximo ejercicio.

El camino está marcado, el objetivo es compartido y no es otro que velar por el interés general, actuando con responsabilidad fiscal y con el firme convencimiento de que la política, el diálogo y la búsqueda de consensos es nuestra mejor herramienta para afrontar juntos las dificultades que se nos presenten.

La autora es consejera de Economía y Hacienda del Gobierno de Navarra