Muchas mañanas me despierto fatigado y ansioso. Hay cuatro personas corpulentas sentadas encima de mí oprimiéndome el pecho. ¿A qué se debe esta sensación y cómo me enfrento a ella? Algunas veces son crisis fáciles de superar porque tengo una actividad por delante. Sin embargo, poco cabe hacer cuando estás desempleado debido a una discapacidad. En los peores días no hay retos por delante. Es decir, que casi todos mis problemas se circunscriben a la falta de motivación.

Los días pasan deprisa pero las horas son eternas. Supongo que es algo que le ocurre a muchos desempleados de larga duración. En los días festivos las probabilidades de sentirse desmotivado incrementan. ¿Qué celebramos los que estamos en situación de desempleo? Pero a pesar de la desesperación, darme una ducha y salir a pasear con mi último audiolibro, aunque sea con limitaciones, mejora mi calidad de vida.

El sufrimiento de una enfermedad mental equivale a lo que siente una persona sin un trastorno mental cuando está pasando por un día de estrés, agobio, insomnio y/o tristeza. Lo que cambia es la intensidad y la cronicidad con la que se sienten estas emociones.

No se debe pensar en la enfermedad continuamente pero sí ser consciente de que forma parte de nosotros. Además conservo unas herramientas para enfrentarme a las crisis de ansiedad. Cuando estoy en medio de una crisis ya no me siento tan mal, porque sé que al final hasta las sensaciones más intensas y desagradables desaparecen.

Frente a la depresión, “el deseo de no vivir” hay que acordarse de que la tristeza se mide en función de los momentos de felicidad y viceversa. Si la vida te duele tanto que deseas no querer vivir es porque antes te has sentido mejor. Así es y si eres de los que han intentado buscar alivio abandonando este mundo, nunca te avergüences. Es verdad que al día siguiente sentirás rabia y frustración porque la vida ha perdido cualquier significado. Pero poco a poco lo verás todo como un gran obstáculo que superaste. Cada día somos una persona distinta. Cuanto antes normalicemos el suicidio junto a otras causas de muerte como la tasa de muertes por accidentes automovilísticos, tendremos más posibilidades de bajar la tasa de muertes por suicidio.

La ansiedad cansa. Si estás expuesto a la ansiedad con cierta regularidad te sentirás cansado. La fatiga crónica acaba dejando mella en tu cuerpo. Problemas dermatológicos, discapacidad física o hasta ceguera. Hablamos de una ansiedad extrema. La enfermedad mental no es un tema menor. Nadie es invulnerable a la enfermedad y no decidimos cual nos toca.

Frente a las penalidades del alma, inquietud por la vida. La creatividad nos sirve para distanciarnos de los lugares más oscuros.