En una carta publicada el martes en este diario su autor se quejaba del supuesto desequilibrio informativo que sufre Israel en los medios. Según él, esa carencia nos impedía calibrar correctamente la opinión de la sociedad israelí, y al respecto hablaba de las críticas internas que recibe Netanyahu, las protestas que ha habido durante meses contra su gobierno… Siento llevarle la contraria: conocemos perfectamente la opinión que tiene la sociedad israelí y su clase política del genocidio que están llevando a cabo en Gaza. A diario los medios nos informan desde Israel y no desde Gaza, ya que Israel impide la entrada de la prensa, y de hecho han sido asesinados más de cien periodistas gazatíes en tres meses en un criminal intento de acallar sus voces. También sabemos la opinión de muchos políticos del Gobierno israelí: Amichai Elihayu, ministro de patrimonio, pidió lanzar una bomba atómica sobre la franja. El exembajador de Israel en la ONU llamó a los palestinos “animales horribles e inhumanos”, son recurrentes los llamamientos a arrasar Gaza y establecer luego colonias judías allá. Netanyahu al fin ha dicho que se opone a la existencia de un Estado palestino y una última propuesta vergonzosa es ubicar a los palestinos que sobrevivan a este genocidio en una isla artificial en medio del mar. El pasado domingo se celebró una conferencia sobre la conquista y colonización de la franja de Gaza en la que participaron unos 20 ministros y legisladores de la coalición de Netanyahu e importantes líderes colonos. ¿Qué dice la oposición? Entre los que no se han unido al gobierno de unidad no hay un político destacado que haya pedido un alto el fuego siquiera temporal o haya criticado la brutalidad de la invasión de Gaza.

¿Y qué sabemos de la opinión pública? Cierto, durante meses se manifestaron contra la reforma judicial del primer ministro. Pero porque ésta iba a limitar también los derechos de los ciudadanos judíos. No recuerdo que haya habido en Israel manifestaciones ni protestas por el robo de tierras, la construcción de asentamientos ilegales o contra la violencia de colonos y soldados contra la población palestina. También sabemos que el 85% de los judíos en Israel ve innecesario considerar el sufrimiento de los civiles de Gaza (encuesta del Israel Democracy Institute, diario La Vanguardia del 3 de noviembre). Y decenas de vídeos de TikTok han mostrado a soldados y reservistas israelíes celebrando con risas y cánticos la demolición de viviendas o el ultraje a civiles detenidos o asesinados. Todo esto puede parecer comprensible si tenemos en cuenta que los medios en Israel no muestran imágenes de niños, ancianos o mujeres gazatíes asesinados o mutilados. La cobertura solo muestra las bajas de sus propios soldados, no la inmensa destrucción de Gaza o el bombardeo sistemático de sus escuelas u hospitales. De hecho, el ministro de Comunicaciones ha propuesto sancionar al diario Haaretz, el único que muestra alguna crítica en sus páginas, por “difundir propaganda”. Solo recientemente las familias de los israelíes retenidos por Hamás han pedido que se negocie. No para que también se alivie la situación de los gazatíes o que se permita la entrada de medicinas, agua o comida; sólo para intentar conseguir que sus familiares no mueran bajo las bombas de su propio país, como ha sucedido y seguirá sucediendo si continúa esta barbarie. De hecho, en el paso fronterizo de Abu Salem un grupo de esos familiares y colonos llevan tres días intentando impedir la entrada de camiones con ayuda humanitaria a la franja. Desgraciadamente, la visión israelí ya se muestra con toda su crudeza: es abrumador el apoyo ciudadano al genocidio de la población palestina, en el que casi toda Europa y EEUU son cómplices e Israel el ejecutor.

*BDZ Nafarroa