En estos días nos encontramos en la tesitura de votar sobre la jornada escolar que queremos para el centro escolar de nuestras hijas e hijos. Hace tres años ya rechazamos la propuesta de jornada continua pero la dirección de nuestro centro ha tenido a bien proponer otra vez el cambio y como basta un 25% de los votos del Consejo Escolar se inicia el proceso.

El debate (más bien discusiones) en torno a la jornada escolar no se caracterizan por ser muy edificantes, más bien es un “y tú más”. Un argumento de los partidarios de la jornada continua es que no existen estudios que digan que la jornada partida es mejor. Yo diría que si propones cambiar la jornada deberíamos presentar estudios que respaldarán la superioridad de tu proyecto de jornada continua y no que no es peor que la jornada partida que tenemos y que había en este centro cuando matriculaste a tu hijo o hija en él. Pero es que sí hay estudios e informes que respaldan la jornada partida.

En el monográfico “La Jornada Escolar. Reflexiones y Datos“ editado por el Consejo Escolar de Navarra dice textualmente en la pág. 101: “estudios correlacionales apuntan a que la jornada completa (o partida) está asociada a mejores resultados”. Y también se puede leer que existe “evidencia abundante y robusta sobre cómo el tiempo (lectivo y no lectivo) en la escuela supone un impacto positivo en los alumnos en términos académicos y socioemocionales; también que la jornada completa (o partida), con un almuerzo temprano y una pausa después, se adapta mejor a los biorritmos de los alumnos y mejora su salud, ciclos de sueño y bienestar.” Además, haciéndose eco de la Encuesta de Condiciones de Vida (ECV), afirma que “la jornada escolar continua tiene un efecto negativo y significativo en los ingresos y el empleo de las familias, especialmente grande para las madres, que son quienes concentran el 66,4% del impacto, lo cual contribuye a agravar las brechas de género existentes”.

Esta misma monografía (pág. 104) afirma: “La progresiva implantación de la jornada continua ha sido debida más a factores de acomodación familiar y laboral del profesorado y familias que a la búsqueda en la mejora de resultados de aprendizaje y socialización del alumnado”, que “El colectivo de profesorado y PAS ha sido el mayor impulsor del cambio de jornada” o que, y cito textualmente: “Las comunidades autónomas con jornada continua no han avanzado más en resultados académicos que las de jornada partida”.

Además: “Las actividades extraescolares pagadas han crecido mucho más en las comunidades autónomas con jornada continua, fomentado la aparición de academias y programas municipales que intentan compensar la falta de actividad de los colegios”, “Se detectan más deberes en el alumnado de jornada continua” y “La formación del profesorado no ha aumentado por las tardes en las comunidades autónomas con jornada continua”.

Tenemos análisis, tenemos conclusiones y tenemos recomendaciones: una vez más cito textualmente: “Estos resultados parecen indicar la conveniencia de un horario escolar de inicio entre las 08.30–09.00 según las edades, con una distribución de materias en función de los momentos de mayor atención del alumnado, con respeto a los ritmos derivados de la crononutrición favoreciendo la comida de medio día en horario de 13 a 14 y finalizando la actividad escolar alrededor de las 16.30”. Ese es el horario de entrada y salida, de recreo y de comida de la jornada partida. Esta misma recomendación es la que hace la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria y que se puede consultar en https://sepeap.org/posicionamiento-sobre-la-jornada-escolar-continua-o-discontinua/

Hay más información para que padres y madres podamos votar formados e informados. Recomendaría la serie de seis vídeos del catedrático Mariano Fernández Enguita que se pueden ver en: https://youtube.com/playlist?list=PLENAL5MfRfWbo3xANp3vLsX9EIhDS4-lY&si=pTZud4CM42nMktUG y que tratan de:

1. El ritmo vital de niños y adolescentes.

2. Falsos tópicos sobre la jornada continua.

3. ¿A quién conviene qué jornada?

4. El balance de la jornada matinal.

5. Un proceso antidemocrático y errado.

Y 6. Elegir jornada en vez de imponerla; vídeos con datos, gráficos y una prolija bibliografía en castellano e inglés.

El autor es padre de una niña en CPIP Elorri