Si algo hemos aprendido en este país en la última década es que la actuación de los poderes públicos es fundamental para construir sociedades más cohesionadas e igualitarias. Las políticas públicas, lo que los liberales de forma peyorativa llaman intervencionismo, equilibran las desigualdades y dan oportunidades a quienes de partida no las tienen.
Partiendo de esa convicción los sindicatos, organizaciones empresariales y gobiernos desplegamos un abanico de medidas protectoras que salvaron millones de empleos, cerca de tres millones según diferentes estudios, y dieron un futuro y una oportunidad a miles de autónomos que dirigían pequeñas empresas y negocios arrasados por la pandemia. Todo aquello se hizo a pesar de las derechas de este país.
A la salida de esa enorme crisis se aprobó la reforma laboral. No fue casual. Con ello se buscaba aprovechar esa ola de intervención pública y facilitar, a través de los cambios normativos, que el mercado laboral español fuera más robusto, menos temporal y menos precario. En aquella ocasión las derechas de este país también se ubicaron fuera de ese gran consenso social y de ese avance. Nunca en la historia de nuestro país ha habido tanta gente trabajando como hoy y los porcentajes de temporalidad han bajado de forma notable. Navarra, además, ha vuelto a ser la comunidad con menos paro de toda España, bajando al 6,6% de desempleo.
Miles de pensionistas de CCOO se movilizaron en 2017 contra la reforma de las pensiones que planteaba el Partido Popular. En aquella ocasión la derecha proponía, entre otras cosas, subir las pensiones un 0,25%. Por suerte hoy a las 133.000 personas que cobran una pensión en Navarra se les ha subido la pensión de acuerdo con el IPC, con el objetivo de que las pensiones no pierdan poder adquisitivo nunca.
Uno de los grandes dramas que hemos vivido en este país es el de los desahucios. Familias enteras han estado desprotegidas ante la avaricia de bancos y grandes propietarios. Durante la anterior crisis esta herida social provocó un drama enorme entre las personas más vulnerables, que vivían siempre bajo la amenaza del desalojo y el desarraigo. Las derechas jamás plantearon algo diferente que no fuera privilegiar aún más a las entidades bancarias. Allí donde gobiernan regalaron vivienda pública a fondos buitre y pararon la construcción de vivienda pública que protege de la especulación a los sectores económicamente más precarios.
Siempre la derecha, como reacción, se ha ubicado frente a las mayorías sociales y las organizaciones que tratamos de construir un país con una fuerte cultura comunitaria, de apoyo mutuo. Ahora, ante los decretos para ampliar el escudo social hay en su voto contrario, a partes iguales, un sectario tacticismo y el peor liberalismo.
Así relegan los intereses de la mayoría social trabajadora, de quienes por ejemplo usan el transporte público para estudiar o trabajar, a una especie de pulso político. Nada importa la vida de la gente, solo desgastar a quien gobierna.
Por otro lado, en los últimos años se ha iniciado una tendencia ascendente en el SMI. Ello no solo ha protegido a las personas que percibían los salarios más bajos, sino que ha impulsado al alza los salarios medios. Actualmente el salario mínimo está en los 1.134€, y hay que recordar que, cuando gobernó Mariano Rajoy, éste no llegaba ni a los 640€. Esta medida, que afecta a más de 25.000 personas trabajadoras navarras también contó con la actitud contraria y hostil de la derecha.
Por ello, este domingo a las 12 en la plaza del Ayuntamiento de Pamplona colectivos sociales y los sindicatos CCOO y UGT nos concentraremos con el objetivo de denunciar la actitud reaccionaria de las derechas. Creemos que es trascendental proteger aquello que nos protege. Los decretos sociales afectan a una mayoría social, suponen un avance sustancial y son más que esperados por las personas más vulnerables. No cabe la táctica, ni el oportunismo de quien cree que “castigar al gobierno” es mejor que beneficiar a la mayoría de la población. Ese chantaje y esa actitud colocan al PP, VOX, y también a UPN, lejos de una sociedad que avanza a pesar de ellos.
El autor es secretario general de CCOO Navarra