Lejos del relato histórico que parta de bases ideológicas preconcebidas, ante la polémica surgida hasta ahora por la propuesta inicial del cambio de nombre de tres calles promovido por el Ayuntamiento de Pamplona-Iruña en las personas de: plaza de Ángel María Pascual; calle de Víctor Eusa y calle del General D. Antonio Los Arcos, desde Sangüesa-Zangoza, por lo que nos toca, expongo los siguientes hechos con objeto de aclarar la situación y acercarnos a la verdad. Así pues, nos encontramos en la disyuntiva de toda la vida, un hecho, una persona, para unos es una excelencia, y para otros ese mismo hecho o persona es lo contrario, entrando ambos grupos en la eterna pelea por el relato de su verdad. Aunque el papel soporte todo, no es ese el camino. Ahora bien, el justo relato crítico nada tiene que ver ni desear con el relato criticista, enfermedad del sectarismo ni como ensayo. Por todo ello, de las tres personas protagonistas de la polémica solamente trataré sobre Víctor Eusa y Antonio Los Arcos por su relación con Sangüesa-Zangoza, huyendo de valoraciones subjetivas, centrándome en hechos reales que precisaran la corrección de algunos errores cometidos:
• Víctor Eusa Razquin (Pamplona, 06.03.1894 / 26.06.1990):
¿Cuál fue el pasado de D. Víctor Eusa Razquin por Sangüesa? En la década de los años veinte del pasado siglo y durante la dictadura del general Primo de Rivera, en Sangüesa se realizaron diferentes proyectos y se acometieron distintas obras: proyecto de obra de traída de aguas de Leyre y Peña. Proyecto de construcción de la casa cuartel de la Guardia Civil. Proyecto de instalación telefónica. Proyecto de obra de Central Hidroeléctrica. Alumbrado. Construcción de la presa y elevación de la muralla. Proyecto de obras en el mercado municipal. Proyecto para arreglo de caminos rurales. Documentación sobre la construcción del ferrocarril de Jaca. Proyecto de obra de casa para correos y telégrafos. Proyecto de obra de puente de hormigón. Proyecto de reforma de la Electra Municipal. Proyecto de obra de reforma de las escuelas municipales. Pues bien, el arquitecto Víctor Eusa Razquin participó en algunos de los proyectos citados, pero no debían estar saneadas las arcas municipales pues en la sesión del 5 de mayo de 1927, “se dio lectura a una carta del arquitecto Víctor Eusa dirigida al secretario, interesándose por la cantidad de 3.459,72 pesetas que se le adeudan por varios proyectos, se acuerda interesar al Sr. Eusa la espera hasta el año venidero próximo, consignado en los presupuestos la cantidad reclamada”.
El Ayuntamiento de Sangüesa, reunido en sesión ordinaria el 20 de noviembre de 1939, bajo la presidencia del alcalde D. Antonio Arboniés Ansó y de los concejales Miguel del Castillo Sola, Eugenio Garcés Murillo, Germán Hualde Ochoa y Vicente Sola Nicuesa, aprobó “el proyecto de panteón mausoleo a los mártires de esta cruzada y por España, que por encargo de este ayuntamiento ha sido confeccionado por el arquitecto Sr. Eusa, que asciende a la suma de 16.519,95 pesetas la obra, los honorarios, dirección, etcétera hasta 18.741,62 pesetas. Se acordó exponer el proyecto en un escaparate para que pueda ser visto fácilmente por los vecinos y realizar las gestiones precisas…”.
En primer lugar se pensó en celebrar la “inauguración del mausoleo a los mártires de la guerra el día 10 de marzo de 1941, fiesta de los Mártires de la Tradición”, pero finalmente, “a causa de coincidir ese día con la peregrinación señalada a Sangüesa para ir al castillo de Javier, se trasladó la inauguración al día de San José”, como así fue. El valor final de las obras realizadas por la empresa de construcción Hermanos Huesa fue de 22.217,77 pesetas. Víctor Eusa Razquin en julio de 1936 tenía 42 años y no figura en el fichero, 40.786 fichas, de combatientes navarros en la Guerra Civil.
En este mausoleo, en el cementerio municipal de Sangüesa-Zangoza, reposan en 48 sepulturas vecinos de Sangüesa, combatientes del llamado frente nacional. Mientras, al menos otros 43 vecinos de Sangüesa fueron asesinados en paredones, campos y cunetas, sin saber hoy después de 88 años el paradero de la mayoría de ellos.
• Antonio Los Arcos Miranda (Sangüesa, 01.07.1861- Pamplona, 31.01.1952).
Algunos datos sobre la familia Los Arcos Miranda: El 16 de julio de 1843 contrajeron matrimonio en la parroquia Santa María de Sangüesa Javier Los Arcos Pérez y Teresa Miranda Zabalzagaray, ambos de Sangüesa. Fruto del matrimonio fueron bautizados en dicha parroquia siete varones: Román Benito, el 1 de marzo de 1845, falleciendo el 8 de octubre de 1845 a los 4 años de edad. Javier María, el 17 de noviembre de 1847. Salvador, el 1 de diciembre de 1850, que falleció el 11 de septiembre de 1852 con 20 meses de edad. Víctor, el 6 de marzo de 1853, que falleció el 26 de mayo de 1859 a los 6 años de edad. Romualdo, el 6 de febrero de 1856, falleciendo el 8 de octubre de 1930 a los 75 años de edad, soltero, de profesión propietario, siendo el tercero de los hermanos Los Arcos Miranda que sobrevivió, acabándose con él la familia en Sangüesa. Manuel Esteban, el 2 de enero de 1859, falleciendo con 1 año de edad el 19 de enero de 1860. Antonio Emilio, el 1 de julio de 1861.
Constatación de la existencia de dos hermanos Los Arcos Miranda, militares e ingenieros: Javier María y Antonio Emilio, que con 14 años de diferencia labraron un reseñable pasado político y militar: Javier, como expone la Gran Enciclopedia Navarra, “Militar y político. Realizó sus estudios militares en la Academia de Ingenieros,…, tomó parte en la campaña del Norte durante la última guerra carlista (1872-1876). Fortificó posiciones estratégicas en Pamplona, Bilbao… Diputado en Cortes durante cuatro legislaturas, fue uno de los principales valedores de la causa de Navarra en la Gamazada…”. Además de las obras citadas en dicha biografía, también se publicó Discursos leídos ante la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, el día 8 de mayo de 1892, donde a pesar de las aplicaciones de las ideas morales al ejército, defendió el conocido aforismo Si vis pacem, para bellum, “si quieres la paz, prepárate para la guerra”. En el epílogo, el discurso de D. Alberto Boch, dice de D. Javier Los Arcos y Miranda: “Ingeniero militar y antiguo profesor en la Academia de Ingenieros de Guadalajara, autor de obras científicas de reconocido mérito, director que ha sido de establecimientos penales y de Correos y Telégrafos, y diputado a Cortes” entre 1876 y 1896. En septiembre de 1893 Javier Los Arcos escribió a Sebastián Oyaga, alcalde de Sangüesa, tranquilizándole por “el retraso del crédito prometido para la construcción de las escuelas”. (continuará).
El autor es coordinador del Grupo Cultural Enrique II de Albret de Sangüesa-Zangoza