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En equilibrio, por el futuro de Navarra

En equilibrio, por el futuro de NavarraPatxi Cascante

El cambio climático ya no es una amenaza futura, sino una realidad que golpea con fuerza creciente, visible en episodios extremos como inundaciones, incendios, sequías, pérdida de biodiversidad o migraciones forzadas. No hablamos de ciencia ficción, sino de hechos concretos que impactan nuestras vidas y nuestros territorios. Como sociedad, y especialmente desde las instituciones públicas, no podemos permitirnos la indiferencia ni la parálisis.

Con motivo del Día Mundial del Medio Ambiente el pasado 5 de junio, quiero compartir una reflexión que nace desde la experiencia, pero también desde una convicción profunda: proteger el medio ambiente no es solo una obligación legal o técnica; es una responsabilidad moral y colectiva. Es defender nuestro presente y garantizar un futuro digno para quienes vendrán.

Vivimos un tiempo de contradicciones. Mientras algunas regiones del mundo apuestan con valentía por una transición ecológica justa y necesaria, otras retroceden, cuestionan los consensos internacionales y debilitan compromisos que costaron décadas construir. Esta incoherencia genera desconfianza social, confusión y, lo que es peor, inacción.

También vivimos un momento de oportunidades. En Navarra, hemos demostrado que es posible avanzar con ambición ambiental, rigor técnico y responsabilidad pública. No partimos de cero. Contamos con leyes pioneras como la Ley Foral de Cambio Climático y Transición Energética, o la Ley de Residuos y su Fiscalidad. Hemos impulsado proyectos de economía circular, eficiencia hídrica, energías renovables y restauración ecológica. Y lo hemos hecho desde una visión integral, conectando lo rural y lo urbano, lo ambiental y lo económico.

Una pieza clave en este recorrido ha sido nuestra sociedad pública, Gestión Ambiental de Navarra, conocida hasta ahora como GAN-NIK. Con más de cuatro décadas de trayectoria, GAN ha sido y es una herramienta estratégica al servicio de la sostenibilidad con un equipo humano comprometido y una cultura de trabajo basada en el rigor, la transparencia y el sentido de lo público.

Sin embargo, los desafíos actuales exigen ir más allá. Así, el año pasado iniciamos un proceso de reflexión estratégica, no para reinventarnos desde cero, sino para actualizarnos, fortalecernos y adaptarnos a una realidad más compleja, más urgente y más exigente.

El resultado ha sido que GAN-NIK se convierte en Orekan, una palabra en euskera que significa “en equilibrio”. Y no es una elección casual. Orekan representa lo que aspiramos a construir: equilibrio con el entorno natural, equilibrio entre desarrollo y sostenibilidad, equilibrio entre innovación y conservación, entre urgencia y planificación, entre acción local y visión global.

Nuestra nueva identidad no es un simple cambio de logotipo. Es el símbolo de un cambio profundo en nuestra forma de comunicar, de trabajar, de servir. Queremos ser más cercanos, más accesibles, más comprensibles. Queremos que la sociedad navarra sepa qué hacemos, cómo lo hacemos y por qué lo hacemos.

Porque cuidar el medio ambiente no es una tarea exclusivamente institucional. Es un proyecto colectivo. Todos y todas tenemos un papel. Por eso, uno de nuestros principales objetivos en esta nueva etapa será mejorar la comunicación ambiental: combatir la desinformación, desmontar discursos negacionistas y promover una ciudadanía activa, informada y corresponsable.

La publicación que hemos presentamos esta semana sobre el estado del medio ambiente en Navarra es un paso más en esa dirección. Queremos que los datos hablen. Que la ciencia oriente. Que las decisiones se tomen con conocimiento y con perspectiva de futuro. Que la ciudadanía se sienta parte de esta causa común.

Orekan nace con vocación de servicio, como una herramienta al servicio de los pueblos, de las empresas, de los centros educativos, de los gestores públicos y, en definitiva, de todas las personas que viven en esta tierra. Queremos seguir sumando capacidades, tejiendo alianzas, construyendo soluciones con rigor técnico y con voluntad transformadora.

Sabemos que los desafíos son enormes. El calentamiento global, la pérdida de biodiversidad, la escasez de recursos naturales o la contaminación son problemas interconectados que requieren respuestas sistémicas y cooperación multinivel. Pero también sabemos que hay soluciones. Que existe conocimiento, talento, experiencia y compromiso para revertir esta situación. Y en Navarra, afortunadamente, partimos con una base sólida.

Nuestra vocación es seguir siendo útiles, seguir protegiendo lo común. Y hacerlo desde una ética pública que ponga la vida, el bienestar y la sostenibilidad en el centro. Porque no hay desarrollo posible si dejamos atrás la salud del planeta. No hay economía viable en un ecosistema colapsado. No hay justicia social sin justicia ambiental.

En Orekan creemos firmemente que el equilibrio es posible, que el progreso puede ser respetuoso con el entorno, que el cuidado del territorio es una inversión, no un coste. Que las políticas ambientales son también políticas de cohesión, de igualdad, de futuro.

Por eso hoy, más que nunca, reafirmamos nuestro compromiso con Navarra. Con su biodiversidad, con sus montes, ríos y pueblos. Con sus personas, que merecen un entorno sano, resiliente y habitable.

Empezamos una nueva etapa y lo hacemos con humildad, con ilusión y con la firme voluntad de contribuir, desde lo público, a un futuro mejor. Porque cuidar el medio ambiente es, en última instancia, cuidar de quienes somos y de lo que queremos ser como sociedad. Hoy más que nunca, en equilibrio. Orekan.

La autora es gerente de Orekan, Sociedad Pública de Gestión Ambiental de Navarra