A veces conviene darse una tregua, respirar hondo, antes de reflexionar sobre temas como la ola de incendios que asola nuestro país, especialmente en las comunidades autónomas gobernadas por el PP.
Así, resulta dramático observar las imágenes de los montes calcinándose en Castilla-León, Galicia, Extremadura, Andalucía o Madrid.
Pero mucho más doloroso resulta observar el comportamiento de ciertos políticos. No todos, porque la generalización resulta absolutamente injusta.
Las normas de las que nos hemos dotado, la Constitución, leyes como la 43/2003 de Montes, o los propios desarrollos en los diferentes Estatutos, dejan meridianamente claro las competencias y por tanto las responsabilidades de cada cual.
En lo referente al cuidado previo, la prevención y extinción de los incendios, esa responsabilidad es exclusiva de las comunidades autónomas, al menos, en los niveles 1 y de 2 de la correspondiente emergencia.
Otra cuestión es cuando las mismas se ven desbordadas por los acontecimientos y solicitan al gobierno central el nivel 3 y por tanto que éste asuma esa lucha.
No ha sido el caso en ninguno de los incendios, por lo que conviene repetir una y otra vez que la responsabilidad es exclusiva de las comunidades autónomas, punto final. Aquí no hay ni debe haber debate, salvo manipulación expresa y cobarde de los responsables y sus cómplices, sociales, políticos y medios de comunicación.
Lo que está ocurriendo estos apenas quince días se asemeja mucho a lo que pasó en la DANA de Valencia, sustituyendo el restaurante El Ventorro-Mazón por Miami-Ayuso, Tarifa-Mañueco, o quién sabe dónde se ocultaron Moreno Bonilla y Rueda que, mientras se quemaban sus bosques, disfrutaban de esas vacaciones, que apenas hace un mes su jefe Feijóo aseguraba que “estaban sobrevaloradas”. Tela.
Resulta vergonzoso el comportamiento del PP en esta crisis que viene producida inicialmente por sus pactos autonómicos y municipales con VOX, un partido negacionista que no cree en el cambio climático. Lo grave es que con el roce se lo ha acabado pegando al PP.
Como muestra un botón, cuando hace un tiempo el consejero de Medio Ambiente de Castilla y León, el señor Juan Carlos Suárez-Quiñones, aseguraba que mantener los trabajadores para cuidar el bosque todo el año era un “despilfarro”, estaba indicando el camino por el que lamentablemente ambos han transitado para tragedia de sus comunidades.
Creo que esa frase se debería grabar en piedra y colocarla en la sede de esa consejería para vergüenza de ambos, Mañueco y Quiñones. Por eso los miles de ciudadanos que se manifestaron como protesta por su gestión claman por su dimisión.
La última charlotada del PP se ha producido la mañana del lunes cuando el señor Feijóo, verdadero responsable del desaguisado, convocaba a la prensa para presentar un pomposo plan obviando que casi todas las medidas propuestas ya existen, excepto la que considera estrella, un registro nacional de pirómanos.
En lugar de asumir las responsabilidades de no haber sabido cuidar su medio ambiente, primero han intentado dirigir la responsabilidad al gobierno central y ante el fracaso de esa táctica ahora aparecen con esta insensata propuesta. El señor Feijóo, además de un incompetente demuestra que es un ignorante.
Según todos los estudios, incluido el de la Fiscalía, los incendios provocados por pirómanos en nuestro país suponen apenas un 7%, siendo el 63,5% por negligencias o accidentes.
Esa es la verdad, señores del PP, ustedes están mintiendo y les recuerdo que, como católicos practicantes, mentir es pecado.
Por cierto, no se han preguntado ustedes ¿por qué no ha ocurrido lo mismo en comunidades cercanas como Navarra o Euskadi, teniendo una inmensa masa arbórea y sufriendo la misma ola de calor, los vientos y la falta de humedad?
Se lo contesto, porque allí se cuidan los montes, se invierte en su cuidado y en la gente que los protege.
Así llegamos al final de esta trágica película. Los verdaderos responsables, Mañueco, Ayuso, Moreno, Rueda, Guardiola intentan irse de rositas, mientras desvían la atención llamando al Senado forzados por su mayoría absoluta, a los ministros Robles, Marlasca, Aegesen y Panas.
Espero que les dejen muy claro que la UME es Estado, la Guardia Civil y policía armada también, así como los técnicos forestales, o los pilotos del Ministerio del Aire que han colaborado con todas sus fuerzas a acabar con esta pesadilla. Mientras ellos, con su desidia, con su negacionismo, abandonaban sus, nuestros bosques, el Estado ha colaborado en arreglar su desaguisado.
Esto debería tener consecuencias, quizás incluso penales, pero existe otras aún más contundentes, que la ciudadanía lo recuerde a la hora de ir a votar y les eche a patadas del poder.
No podemos, no debemos dejar nuestras instituciones en manos de estos y estas irresponsables. Veremos.
El autor es exparlamentario y concejal del PSN-PSOE