Málaga es del jeque
No viste con túnica ni lleva turbante, pero como a muchos otros árabes ricos le gustan los coches caros, los caballos de carreras y el fútbol, su pasión. Desde junio es el nuevo propietario del Málaga, al que quiere convertir en un equipo grande.
CUENTAN los que le conocen que se comporta como un auténtico jeque árabe, aunque un poco menos ostentoso que otros millonarios surgidos del oro negro a los que las ganas de exhibir su riqueza les ha llevado en los últimos años hacia tierras de Al Andalus. Él procede del desierto Arábigo, de la península de Qatar, un diminuto país con millón y medio de habitantes cuyo subsuelo está inundado de gas y petróleo. Tanto tienen que el nivel de vida de los qataríes es comparable al de las naciones de la Europa más desarrollada gracia al PIB per cápita más alto del mundo. Abdullah ben Nasser Al Thani, el nuevo propietario del Málaga, es uno de los dirigentes de ese país, es inmensamente rico y por si fuera poco, pariente del emir, Hamad Al Thani y, por lo tanto, miembro de la familia real. Como tal participa en el Gobierno de Qatar como integrante del gabinete del Ministerio del Interior, lo que no le ha impedido compaginar, más bien al contrario, sus obligaciones con la patria -o lo que es lo mismo, con su familia- y sus negocios particulares.
Su fortuna procede en su mayor parte de un holding de 14 empresas a través de las cuales está presente en más de treinta países y emplea a alrededor de tres mil de trabajadores. Entre las compañías para las que trabaja se encuentra el Banco de Doha, cadenas hoteleras, centros comerciales, la empresa de telefonía móvil PhoneSat, agencias de viajes, tiendas de moda y de electrónica de consumo como Nasir Ben Abdullah and Sons Trading, concesionarios de automóviles y camiones, puertos marítimos, entre otras.
Desde junio de este año es además el máximo accionista y presidente del Málaga, tras adquirir a Lorenzo Sanz por 12 millones de euros el control del club y poner otros 14 millones por la deuda derivada del procedimiento concursal al que estuvo sometido la entidad tras su descenso de categoría. El presupuesto para la temporada es de 70 millones de euros, el triple que el año pasado, y cuentan que está dispuesto a gastar lo que sea si la situación lo requiere.
Llegó en junio y se fue a residir a Marbella, donde rápidamente se puso en contacto con las autoridades municipales para poner en marcha un "importante inversión para un proyecto relacionado con el sector turístico y de servicios", según anunció el propio jeque durante el encuentro que mantuvo en el Ayuntamiento. Decidido a no perder el tiempo mientras ponía en marcha el nuevo equipo de fútbol, el jeque fue recibido en la Junta de Andalucía y por el lehendakari Patxi López para estudiar posibles inversiones. Los caballos de carrera (posee la cuadra Al Naif Stud) y los coches de lujo son sus otras pasiones, pero su prioridad, ha insistido a sus más estrechos colaboradores, es el fútbol y el Málaga, sin descartar nuevos proyectos si las condiciones así lo aconsejan.
Tiene 43 años, estudió Gestión y Administración de Empresas y Derecho en Egipto y se le nota que está acostumbrado a mandar. Su mano derecha es un joven de 28 años, Abdullah Mohammed Haj Ghubn, que le acompaña adonde va. Dejaron Marbella hace unas semanas y se marcharon a vivir a Málaga, a un céntrico hotel donde el jeque, su ayudante y algunos otros miembros de su séquito residen de forma permanente. Dicen que está buscando una mansión acorde a sus necesidades, pero mientras tanto va y viene del hotel, con sus lujosos coches, en medio de la expectación de los malagueños.
estará en pamplona No son gente dada a madrugar, según cuentan los que trabajan con él, tal vez porque de donde él procede no se puede hacer casi nada durante las horas de sol, pero que cuando entran en las oficinas del club no las abandonan hasta altas horas de la madrugada. Trabajo y trabajo, negocio sobre negocio, con el fútbol o con lo que sea, a mayor gloria del jeque, de Qatar y desde ahora, también del Málaga.
Dice Sheikh Abdullah Al Thani que su idea es convertir al Málaga en un club grande en un plazo reducido de tiempo y aunque diga lo contrario, parece decidido a seguir los pasos que otros millonarios, como los de Chelsea o Manchester City, recorrieron antes. Comenzó por reconstruir la plantilla, dio la baja a 15 jugadores, incluido el entrenador, y contrató a varios refuerzos de diverso pelaje, destacando el trío de delanteros formado por Eliseu, Rondón y Quincy. De la mano de Jesualdo Ferreira, técnico portugués, el jeque confía en llevar a cabo su reconquista.
Aunque no lo tenía previsto, el sábado vendrá a Pamplona para acompañar a su equipo, que de momento no parece responder a las expectativas creadas. Pero da igual, la cartera de dólares está repleta y el jeque ha anunciado que está dispuesto a gastar lo que sea. ¡Que Dios nos coja confesados!