'La pantera' rojilla
Ibrahima marca su quinto gol en doce partidos y es el pichichi de Osasuna
En el mercado de invierno Osasuna traspasó a Juanfran al Atlético de Madrid. En esa operación, además del montante económico, los rojillos se aseguraban los derechos de Ibrahima Balde a partir de junio. Casi llegó de tapado, pero a base de esfuerzo y trabajo, el senegalés, La pantera, como le apodan, se ha hecho con un sitio en el once y ha marcado ya 5 goles en la Liga, convirtiéndose en el pichichi rojillo.
Ibrahima se ha convertido en el comodín de Mendilibar. El técnico, a sabiendas de su constante tesón, le coloca en cualquiera de las posiciones de ataque. Ayer le tocó salir por la derecha. Era su octavo partido de titular y como en todos los anteriores volvió a mostrar tesón y su lucha. A veces, al senegalés le pasa demasiada factura la cantidad de kilómetros que hace en la presión en forma de cansancio, pero no suele perder la posición.
De hecho, Mendilibar suele mandarlo a la banda izquierda para que ayude durante unos minutos a ese lateral ya que Lamah no se prodiga mucho en tareas defensivas. Ayer volvió a cambiarse de banda para ayudar en lo posible a sus compañeros.
Aún y todo, Ibra se desenvuelve mucho mejor en el centro, cerca del área, donde huele el gol. Cuando el técnico rojillo realizó los cambios en busca del empate y, posteriormente, de la victoria. Sacó a Cejudo en banda y liberó a Ibra. Tardó tres minutos en cazar un balón centrado por Lamah que había rebotado en un defensa. Controló y superó a Diego López para empatar un encuentro que se había complicado tras el tanto de Marcos Rubén.
Otro tanto que daba puntos a los rojillos, como fue el de Málaga o los dos que marcó en Getafe. O como hubiera sido aquel que marcó en Granada si el linier hubiera estado acertado y no lo hubiese anulado por un fuera de juego inexistente. Es decir, cuatro de los cinco goles de Ibrahima han sido vitales para que el conjunto rojillo esté hoy en día ocupando los puestos de Liga Europa.
Y lo mejor de todo es que no se le sube a la cabeza ni mucho menos. Solamente hay que recordar la semana pasada, cuando marcó en Málaga y no lo celebró porque consideraba que no estaba jugando bien o cuando renunció al preolímpico por quedarse en Osasuna y no perderse partidos. Tiene 21 años y ya lleva esta temporada 809 minutos, cinco goles y una asistencia. Ibrahima se está convirtiendo en una pieza clave. Ya es La pantera rojilla.