Un mes definitivo
LA TEMPORADA | Osasuna afronta su lucha final en los siete partidos que se amontonan en un intenso abril, en el que todo puede quedar visto para sentencia
pamplona - Osasuna decide su futuro en este mes que llega. Más allá de la concreción del adelanto electoral, que deberá definir el devenir institucional del club -es la hora de dar la cara en otro ámbito-, al equipo rojillo el calendario de Liga le coloca ante fechas definitivas, frente a los momentos decisivos de la temporada, donde su destino, quizás, va a quedar matemáticamente zanjado porque hay terreno de sobra para ello.
En abril se disputan siete partidos y los 21 puntos que se reparten se presentan como la prueba última para confirmar -o no- el descenso. Si Osasuna es capaz de llegar a de mayo con alguna opción -tres encuentros, nueve puntos, quedan para el último mes del torneo-, definitivamente se tendría que hablar de que se ha sostenido el prodigio, de que se recuperó en algún momento la ilusión, también de que los rivales directos son un desastre y que se suman a la hoguera final.
Excepción hecha del Athletic, que se trata de un contrincante que anda metido en peleas mayores, pero con quien el pique -exacerbado para algunos- puede limar las diferencias futbolísticas en el campo, Osasuna tiene compromisos ineludibles con la victoria frente a varios equipos que son de lo más cercano en la clasificación, aunque los puntos sigan ahondando diferencias. Leganés (26 puntos), Sporting (21) y Deportivo (27) pasan -por este orden- por El Sadar en abril y si alguien quiere seguir soñando con algo -agarrarándose a un clavo ardiendo-, por fin en Pamplona deberían verse victorias consecutivas. Si Osasuna no quiere ser sentenciado con mucha antelación, algo habrá de quedarse de los doce puntos en casa.
El decisivo mes de abril -con protagonismo como local con estos cuatro partidos- se completa con otros tres encuentros fuera de casa en escenarios para nada prometedores. Osasuna juega en Mendizorroza dentro casi de una semana -el miércoles 5- y el Alavés, muy por encima en la clasificación y en el nivel, será un contricante difícil de atacar por mucho derbi que haya de por medio. Los dos otros destinos de abril son todavía, en teoría, menos asequibles. Los rojillos tienen que jugar en el Vicente Calderón -el plena Semana Santa- y visitar también el Camp Nou. Atlético de Madrid y Barcelona no se presentan, en estos momentos, como rivales con los que medirse en condiciones mínimas para fabricarse una sorpresa -ni con mucha suerte-.
El Leganés, el equipo que marca la frontera de la salvación, es el otro que en estos momentos hace las cuentas a la vez que Osasuna porque, si se mantiene esta amplia distancia -15 puntos-, ahora mismo los cuatro últimos partidos de Liga -por redondear, un mes de competición- le sobran a los rojillos.