Pamplona - Cuestionado por la docena de victorias consecutivas que acumula Osasuna en sus últimos 12 compromisos como local en Liga, a Kike Barja se le vino rápidamente una palabra a la cabeza: “Brutal”. “Nos lo estamos mereciendo por el trabajo diario, por la humildad y por cómo competimos. Creo que jugamos cada partido en El Sadar como si fuera el último”, añadió el canterano, que además deseó “alargar esta dinámica para seguir arriba”. “Creo que es algo que no se había conseguido nunca”, continuó el joven extremo de Noáin, aunque sí que existe un precedente de una racha igual de Osasuna en Segunda División. Eso sí, en San Juan, pero no en El Sadar, como en la actualidad. Ocurrió en la temporada 1952/1953, cuando los rojillos encadenaron 12 triunfos ligueros como locales con Tomás Arnanz en el banquillo.

La cuestión es que con Jagoba Arrasate al mando de las operaciones, el conjunto navarro ha recuperado su mejor versión como anfitrión. Osasuna ha disputado ya 16 partidos en El Sadar en lo que va de Liga, resueltos con dos empates y 14 victorias, las 12 últimas consecutivas, registro que ha servido para pulverizar varias marcas históricas. Primero fueron los nueve triunfos seguidos en El Sadar del Osasuna del mexicano Javier Aguirre (2005/2006, en Primera) y del Osasuna de Pepe Alzate (1979/1980, en Segunda). Y con el 1-0 de ayer contra el Extremadura, el equipo de Arrasate superó las 11 victorias consecutivas como local del Osasuna de Baltasar Albéniz (1955/1956, en Segunda), además de nivelar las 12 del Osasuna de Tomás Arnanz (1952/1953, en Segunda). Lo mejor de todo es que al conjunto navarro le queda margen para seguir batiendo marcas -aún debe recibir en El Sadar a Deportivo, Albacete, Las Palmas y Oviedo, amén de sumar los tres puntos del Reus-, incluso la mejor de todas, que data de la temporada 1974/1975, cuando, con el equipo en Tercera y dirigido desde el banquillo por Luis Ciáurriz, logró 16 triunfos seguidos en Pamplona.

Osasuna lo tiene todo a tiro, como emular el desenlace de estas campañas con rachas históricas como local, que concluyeron todas con el ascenso del equipo y, estando en Primera, con los rojillos clasificados para la previa de la Liga de Campeones.