Poco queda para que Alessio Lisci sea el nuevo entrenador de Osasuna. Concretamente dos cosas. La primera, que acabe el play off de Segunda en el que el italiano está con el Mirandés. La segunda, pulir cierto flecos que aún quedan en el aire pero que no deberían de cancelar la operación.
Los agentes de Alessio Lisci y Osasuna apuran los términos del contrato para que este se convierta en entrenador rojillo. Lo terminarán cuando este acabe su labor en la fase de ascenso con el Mirandés por expreso deseo del entrenador que además coincide con que Osasuna no quiere incomodarle en estos días tan importantes de temporada.
En caso de que el Mirandés suba, el técnico renovaría automáticamente, pero su cláusula de salida es asequible (400.000) y encima se vería aún más amortiguada ya que el club burgalés tendría que pagar un plus a los rojillos por la cesión de Iker Benito. Por eso este tema no preocupa para nada en las oficinas de El Sadar.
Lisci era el candidato número uno desde que Vicente Moreno anunció que no seguía. Su nombre estaba en la agenda de Braulio y le ha seguido con interés dentro del trabajo de recabar información que suelen hacer en la secretaría técnica. Especialmente cuando se cayó el que desde hace meses era el mejor posicionado para esta temporada, Iñigo Pérez.
El italiano es un entrenador joven, con una pequeña experiencia en el Levante en Primera no muy satisfactoria, que tiene mucho hambre. Encaja en lo que se buscaba. Además cuenta con el aval de técnicos de Tajonar con los que trabajó en la cantera del conjunto granota. Además de sus conocimientos técnicos, también tienen muy buenas palabras de su persona, según cuentan en el club.
Así que Alessio Lisci será el nuevo inquilino del banquillo de Osasuna. A diferencia de con Vicente Moreno, en la entidad rojilla hablan de construir un proyecto a su alrededor por lo que su contrato debería de contemplar un plazo de varios años, aunque algunas voces en el club recuerdan que esta temporada hay elecciones y a Luis Sabalza le gusta que cuando llegan estos momentos no haya contratos a largo plazo para no hipotecar en caso de que haya un poco probable cambio en la dirección de Osasuna