Pamplona/Lugo - Aunque ni los jugadores ni el entrenador de Osasuna quisieron mostrarse críticos con la actuación del árbitro del partido de ayer, Arcediano Monescillo, lo cierto es que el colegiado del comité manchego escamoteó dos penaltis a Osasuna: uno cuando el Lugo todavía no había estrenado el marcador y otro cuando el encuentro tocaba a su fin y el conjunto local aún tenía ventaja.

La primera de las dos penas máximas favorables a los rojillos que el árbitro dejó de sancionar se produjo en el minuto 20 de partido, por un claro derribo a Brandon dentro del área, una acción que, de haber sido sancionada, podría haber variado el rumbo de un partido que en ese instante estaba empatado (0-0).

Poco después llegó el primer gol del Lugo, que en la segunda parte amplió su renta. Con 2-0 y Osasuna volcado, un centro de Rober Ibáñez impactó en la mano de un defensor del Lugo, Vieira, pero el árbitro no se mojó. Era el minuto 89 y los rojillos caían 2-1. Xisco empató a continuación y Villar remató después de cabeza al poste. El conjunto navarro rescató un punto. Pudieron ser tres, pero sin penaltis y sin suerte resultó imposible. - D.N.