Elche - Osasuna firmó una victoria importantísima en Elche que le ratifica, certifica y consagra todavía más como el máximo candidato al ascenso y a ser por añadidura el campeón de Segunda. Los rojillos se llevaron tres puntos del campo de un rival enrachado y motivado, que presentó indudables dificultades y que cedió en un encuentro muy complicado, con el acierto de los campeones brillando al final.
Con los rivales directos activados en una jornada con pleno de victorias, Osasuna se puso a la altura de la situación y demostró que es un líder sólido, preparado también para estas jornadas con todo el personal alterado. Con el calendario con una jornada menos, con esta diferencia de puntos, la rotundidad del equipo de Arrasate no parece sentirse afectada por las circunstancias de los candidatos, a rebufo, sabedores también de que lo más seguro es que ya queda sólo una plaza para el ascenso directo.
Fue un encuentro peliagudo casi desde que se levantó el telón porque a los pocos minutos, a los siete, el Elche marcó en una jugada sin aparente intriga. De una apertura a la banda derecha, Iván Sánchez se fue abriendo hueco y perfilando el disparo con la zurda conforme entraba en él área y los defensas rojillos le dejaban hacer, hasta que su disparo cruzado no tuvo solución.
Aparentemente Osasuna, quizás persiguiendo el guión de otros encuentros, firmó una mínima reacción que se concretó en mayor control del balón, en la presencia en el campo contrario y más criterio con la pelota. Fueron menos de una veintena de minutos en los que tan sólo un disparo desde el borde del área de Roberto Torres, bien despejado por el portero, inquietó de verdad al Elche, correcto en defensa y con escasos apuros por algunas intentonas por las bandas de Osasuna, que no acertó a rematar entre los tres palos más que en otra ocasión.
El furor de Osasuna desapareció mediado el primer tiempo y fue una bendición para los de Arrasate que no hubiera más accidentes en el marcador hasta el descanso. Qasmi, el delantero del Elche, se hartó de enviar a la grada centros excelentes para haberse cobrado algún gol, y Nino, Dani Calvo y Josan pusieron su nombre a ocasiones más o menos claras. A Osasuna casi se lo habían llevado por delante en el primer tiempo. La estrechez del marcador le daba alguna esperanza, pero necesitaba una considerable memoria.
Arrasate presentó un equipo con un mayor componente físico por la presencia de Perea en el centro del campo y de Brandon en la delantera. Nada nuevo en la aparición del atacante como titular fuera de casa, más novedosa la presencia del espigado mediocentro en el eje, porque habitualmente ha habido otros en las alternativas junto a Oier. A Barja le tocó sustituir al lesionado Rober Ibáñez, pero, por encima de los nombres y los cambios, a Osasuna le había le habían salido muy pocas cosas en la primera parte y le habían desmontado en defensa en demasiadas oportunidades.
En el mismo minuto que en el primer tiempo, pero ahora en el segundo, Josan protagonizó una acción similar que, tras armarse la opción de disparo con la derecha, acabó cruzando fuera. Osasuna seguía, como en el primer acto, sin la chispa de otros encuentros, con evidentes problemas para elaborar, crecer y creer.
Sin muchos argumentos, Osasuna tiró por el camino de en medio. Una falta sacada por Torres y mal defendida por el Elche permitió a David García reventar la pelota con un zapatazo de delantero rompedor. En el repaso de méritos, los rojillos se habían colado en el partido con bastante menos que un contrincante que estaba jugando mejor.
Nino, que sigue echándole un pulso al paso del tiempo, estuvo a punto de dar un disgusto a sus excompañeros con un disparo raso que Rubén evitó que terminara en gol. El delantero estuvo a punto de firmar el gol de la tarde camino de la media hora de la reanudación con un lanzamiento desde el borde del área que se marchó fuera por muy poco, mientras Qasmi, seguía fallando lo increíble.
Pese a haber empatado el encuentro, Osasuna seguía demasiado incomodado en un partido también muy abierto al que era necesario echarle el cerrojo, del modo que fuera. La entrada de Juan Villar, a quince minutos del final en lugar de Barja, fue una de las propuestas de Arrasate.
El partido siguió en sus trece, abierto y peligroso, también para el Elche. Osasuna es el mejor esprinter de la temporada que deja lo mejor para el final. Una jugada nacida de la nada, un balón profundo que tocó Brandon para Juan Villar, terminó en un centro que clavó Roberto Torres en la escuadra. Un golazo de categoría que dejó el partido finiquitado.
Las jornadas pasan y a esta Liga casi eterna le queda poco más de un mes y ya se oyen los tambores que anuncian el desenlace. Independientemente del resultado de ayer, el próximo partido, en casa con el Albacete, se perfila como casi determinante. Como para hacer las cuentas del ascenso de verdad.