pamplona - Nunca se había visto en Pamplona tanto fervor por el Rayo Majadahonda como ayer. Fervor que fue efímero, como se pudo apreciar en la parroquia rojilla que se congregó en Zentral para vivir el encuentro.

El lugar se engalanó para la ocasión con una pantalla gigante y cuatro televisores más donde se podía seguir el encuentro.

El tiempo acompañó durante toda la tarde de ayer y la mayoría de los aficionados acudieron al lugar con camisetas rojillas. El escenario era perfecto, se jaleaban las acciones de peligro de los madrileños, pero los goles del Albacete fueron percutiendo como un mazo y minando la confianza de los 250 seguidores -según datos de la seguridad del local- que poco a poco marchaban del recinto.

Eso sí, desde Zentral acabaron satisfechos con la respuesta de la gente a la iniciativa. “La gente demandaba un poco esto. En los bares suele haber tele, pero verlo en pantalla grande y con mucha gente es una oportunidad y la gente se lo pasa bien”, comentó Maitane Hermoso de Mendoza, una de las trabajadoras del local. “Con el tercero se han ido unas 20-30 personas”, explicó Maitane que afirmó que “no está programado como tal” pero que apuesta porque habrá más pantallas gigantes en Zentral.

La camarera también habló de lo importante que es una buena temporada de Osasuna para la hostelería local y comentó que aún recuerda la fiesta que vivió la parte vieja de Pamplona la última vez que ascendieron.

Con el pitido del descanso (1-3 en el marcador), muchos aprovecharon para salir a tomar el aire a la plaza de los Burgos, donde se formaron corrillos y pese a que el resultado era malo, no reinaba el pesimismo, conscientes de que Osasuna está muy cerca del ascenso a Primera.

La segunda parte se inició con tranquilidad. Dando una vuelta por el casco antiguo se podía escuchar a gente preguntando por el resultado del choque e incluso alguno más despistado no tenía claro lo qué tenía que pasar para que subieran los navarros.

El momento culmen de la tarde llegó con el gol de Valentín en el 52, que devolvió la esperanza a los parroquianos (2-3). Cada aproximación del Rayo Majadahonda se celebraba y los errores en los pases se lamentaban como propios. Era curioso apreciar una masa de gente uniformada con los colores de un equipo animando a otro.

Los últimos minutos, con el Majadahonda empujando -fruto de sus apuros clasificatorios- se vivieron con intensidad en Zentral. Niños y adultos, que de todo había, animaban a los madrileños a avanzar o a chutar a puerta. Se trataba más de un deseo, ya que la realidad poco a poco confirmaba que aquellos 250 rojillos iban a tener que aplazar la fiesta una semana más.

Gran atmósfera pese a la decepción. Atmósfera que se podía palpar en toda la parte vieja con las terrazas a rebosar y un ambiente de calma antes de la tormenta que tarde o temprano se desatará.

Concluyó el encuentro en Zentral y la reacción fue mínima. Tímidos aplausos y una cierta decepción fruto de que el Rayo Majadahonda no puso la emoción que muchos intuían.

Eran muchos los que ayer tenían ganas de celebrar el ascenso, los propios hosteleros se preparan para lo que se espera que sea una gran jornada, no obstante, ayer no pudo ser.

Zentral, que al principio mostraba un ambiente de gran expectación, dejó paso a filas de gente que iban abandonando el local.

Algunos se animaban a entonar canciones de Osasuna, aunque la gran mayoría permanecía en stand by, guardando fuerzas para cuando estalle la fiesta.

Lo de ayer fue un mero simulacro, un termómetro para medir las ganas de ascenso de la afición local, que eran muchas a juzgar por la gran cantidad de camisetas rojillas que se veían por las calles de Pamplona.

Albacete, como no podía ser de otra manera, siguió peleando por el ascenso y sometió a un Rayo Majadahonda que tiró muchas de sus aspiraciones en la primera media hora del duelo. Eso fue lo que duró la emoción de la parroquia rojilla, que ya tiene ganas de celebrar un ascenso que se viene fraguando desde hace mucho tiempo.

Toca esperar al gran día, pero esa espera, esa calma tensa, promete estallar en una tormenta perfecta de osasunismo.

250

aficionados

Alrededor de 250 rojillos se dieron cita en Zentral, donde había pantalla gigante. Unos 20 o 30 dejaron el local con el 0-3.

maitane hermoso de mendoza “la gente demandaba esto”

Maitane Hermoso de Mendoza, camarera de Zentral, comentó la ilusión de los aficionados. “La gente demandaba esto. En los bares suele haber tele, pero verlo en pantalla grande y con mucha gente es una oportunidad”.

la fiesta debe esperar. La afición rojilla anda como loca por festejar un ascenso que tendrá como epicentro la Plaza del Castillo. Ahí estaba pensado que acudieran los jugadores de Osasuna alrededor de las 8.30 horas para festejar la que ha sido una magnífica temporada. Las vallas estaban preparadas y la ilusión de los aficionados también. Solo fallaron las matemáticas, que obligan a aplazar la fiesta grande. Foto: Javier Bergasa