Pamplona - Osasuna voló ayer a Granada, pero lo hizo con casi tres horas de retraso con respecto al plan inicialmente previsto, una demora que alteró sustancialmente el programa diseñado por el cuerpo técnico para que los jugadores afrontaran el choque de ayer por la noche en las mejores condiciones posibles. El vuelo chárter contratado por el club navarro tenía que haber partido desde el aeropuerto de Noáin a las 11.00 horas, pero no lo hizo hasta casi las 14.00, lo que provocó que los jugadores comieran en el bar de las instalaciones de Tajonar antes de montarse en el avión, que aterrizaran en suelo andaluz pasadas las 15.00 horas y que llegaran al hotel de concentración de Granada apenas cinco horas antes del inicio del encuentro que por la noche les enfrentó al conjunto nazarí.

La justificación del retraso fue la avería del avión que iba a trasladar a la expedición rojilla, según información facilitada por el departamento de comunicación del club. No obstante, las alarmas se dispararon cuando Osasuna se enteró de que la nave tenía que venir desde Barcelona, donde la huelga general provocó la cancelación de 58 vuelos desde el aeropuerto de El Prat, aunque no el de Osasuna.

La cuestión es que el retraso obligó a los jugadores a comer en Tajonar, cuando la idea era que lo hicieran en Granada. Con menos tiempo para descansar, al menos Osasuna pudo subirse a tiempo al avión, aunque a algún miembro de la expedición se le notó la tensión por la demora. Osasuna perdió después. Lo que mal empieza... - D.N.