Pamplona - La primera jornada del juicio del caso Osasuna, además de para que el tribunal escuchara y resolviera sobre las cuestiones previas de todas las partes personadas en la causa (acusaciones y defensas), también sirvió para que volvieran a desfilar por el Palacio de Justicia de Navarra los once acusados, entre ellos los tres exjugadores del Betis encausados, que por lo visto ayer no guardan una relación demasiado estrecha. Más bien todo lo contrario, o al menos es eso lo que escenificaron. Porque Antonio Amaya, el único de los tres que admitió en su declaración ante el juez instructor haber hablado de pactar por ganar al Valladolid, pero nunca por dejarse perder ante Osasuna, apenas cruzó palabras ni miradas con sus excompañeros Jordi Figueras y Xavi Torres.

Resulta conveniente recordar que en sus testimonios durante la fase de instrucción, Amaya reconoció haber hablado de pactar por ganar al Valladolid y situó en la negociación con Vizcay y Peralta a su entonces compañero en el Betis Xavi Torres, que negó la mayor ante el magistrado e incluso aseguró no conocer de nada ni al exgerente ni al exdirectivo. Amaya también dijo que Figueras lo sabía todo, pero éste también lo negó. Tras aquella testifical en la instrucción, los tres ya tuvieron un encontronazo en los pasillos del juzgado.

La llegada de los exjugadores del Betis al Palacio de Justicia resultó significativa. Mientras que Xavi Torres y Jordi Figueras arribaron juntos (y acompañados de sus representantes legales), Antonio Amaya lo hizo por su cuenta (escoltado por su abogado). Y ocurrió lo mismo cuando se marcharon, algo que se repitió al principio y al final de las dos sesiones de la jornada de ayer, que tuvo turno matinal (de 9.30 a 14.20 horas, aproximadamente) y vespertino (de 16.30 a 17.40 horas, más o menos).

Además, aunque los tres compartieron el banquillo de los acusados y se sentaron juntos (Xavi Torres en un extremo, con Jordi Figueras a su lado y Antonio Amaya a continuación), lo cierto es que, mientras que los dos que habían llegado juntos sí que compartieron confidencias al oído durante varios momentos de la jornada inicial del proceso, el otro se mantuvo al margen de estas conversaciones entre los que fueran sus compañeros en el Betis. Y es que Amaya apenas se mezcló con Figueras y Torres, con los que mantuvo una mínima charla en la zona de los aseos durante un receso de la sesión matinal y otra de unos pocos segundos durante el pase vespertino.

Lo que quedó patente es que unos y otro marcaron distancias entre sí durante el día de ayer, a pesar de que compartieron vestuario en el Betis durante una temporada al completo, concretamente la 2013-2014, al final de la cual se disputaron los dos encuentros de Liga de Primera División que están en entredicho, según los escritos de acusación del Ministerio Fiscal y de la Liga de Fútbol Profesional: el Betis-Valladolid de la penúltima jornada (4-3) y el Osasuna-Betis de la última (2-1).

Prima a terceros. Amaya reconoció ante el juez instructor haberse reunido con Vizcay y Peralta para pactar una prima por ganar al Valladolid, cita en la que situó a Xavi Torres y asunto del que dijo que Jordi Figueras y Jorge Molina -excluido de la causa- también tenían conocimiento: "Ni el míster ni ningún directivo del Betis sabía nada. Lo hicimos entre los jugadores y lo sabíamos los cuatro y después íbamos a repartir el dinero entre la plantilla, pero luego no vimos un euro". También añadió que, "si me pagan por perder, le mando 70 veces a la mierda".

Torres: "No estuve allí". En la fase de instrucción, Xavi Torres dijo que no estuvo en la reunión con Vizcay y Peralta, que ni siquiera les conocía y que luego se compró un barco, pero que lo hizo con unos ahorros que tenía en casa.