Pamplona - En un encuentro en el que los rojillos mostraron su mala cara durante demasiados minutos, en el que incluso se rozó la derrota en la prórroga, en la que algunos jugadores volvieron a mostrar una imagen decepcionante, Osasuna se sobrepuso a su peor versión para remontar dos goles en contra y en los minutos de añadido clasificarse para los octavos de final de la Copa.

El pasaporte para la siguiente fase es lo único positivo que se puede rescatar del partido en Huelva, donde un equipo de Segunda B colocó contra las cuerdas durante muchos minutos a los hombres de Arrasate, que vivieron muchos minutos de confusión y abulia en la versión menos afortunada de Osasuna desde la llegada al equipo del entrenador.

Una presentación en el partido a un ritmo ínfimo y la concesión de dos goles en el primer tiempo, sembraron de minas el camino de los rojillos. Tres cambios camino del ecuador de la segunda mitad, el efecto dinamizador que propone la presencia de Chimy Ávila en el terreno de juego, permitieron a Osasuna voltear el marcador y anotarse en la prórroga el triunfo. La superior condición física, el mejor sentido del juego en los minutos de añadido, le dieron la victoria al equipo de Arrasate, que también estuvo irse a la lona si no media una intervención providencial de Juan Pérez con el empate a dos en el marcador.

Hubo demasiados sustos, demasiados incidentes en un partido que nunca estuvo controlado. Arrasate volvió a dar minutos a jugadores con menor presencia en las alineaciones de la Liga, también hubo un debut de otro chaval del filial -Gorka Zabarte- y, al final, retorno a los futbolistas clásicos de la competición liguera para remediar el gigantesco desaguisado.

Osasuna firmó el peor primer tiempo desde que Arrasate se sienta en el banquillo del equipo. Azotado por el Recreativo hasta que consiguió el primer gol, blando como un flan en la jugada del segundo, los rojillos ofrecieron una imagen impropia para un equipo de Primera División.

Superados en entusiasmo por el Recreativo, Osasuna no fue capaz de equilibrar el lógico empuje local tirando de calidad, de ritmo. Tampoco hubo un estímulo suficiente en los futbolistas menos habituales para exponer ganas para agradar como argumento.

No hubo noticias de Osasuna en toda la primera mitad salvo en un remate alto de Íñigo Pérez desde el borde del área. Si el primer gol del Recre, obra del omnipresente Morcillo, fue el ejemplo de la tenacidad de los locales ante un rival contemplativo en defensa -no disputó por dos veces un balón Roncaglia hasta que le llegó el rechace al jugador que marcó-, el segundo tanto fue parecido, esta vez con dos fallos consecutivos del meta rojillo y aparición de la mala fortuna para que el central argentino marcara en propia puerta.

Una primera parte para olvidar de todos los jugadores de Osasuna dio paso a un segundo acto en el que tampoco se veía al equipo con la velocidad adecuada para meterle el diente al choque. Había dominio absoluto, pero ni una brizna de peligro.

Arrasate agitó el equipo con tres cambios de golpe a los veinte minutos y comparecieron en el partido Darko, Nacho Vidal y Chimy Ávila. El argentino firmó el primer remate de los suyos entre los tres palos, en el minuto 67 de encuentro? Osasuna empezó a funcionar mejor. Hubo un penalti a Marc Cardona por claro agarrón que no fue señalado y a la media hora de la reanudación, Estupiñán metió por fin un centro tocado y con picante que remató Darko de cabeza como un avezado ariete.

Ahí se inició un dominio absoluto de los rojillos, por fin demostrando superioridad y bríos y malas intenciones, que dispusieron de oportunidades suficientes para empatar, pero le tocó de nuevo a Chimy el honor de ser mágico en la Copa. El delantero se quitó de encima a Morcillo para acomodarse el balón e igualar a muy pocos minutos del final. Osasuna no logró escaparse de la condena de la prórroga y ahí Juan Pérez evitó el tanto local en una gran intervención, que se convirtió en el prolegómeno del tanto de Íñigo Pérez, que colocó la pelota en la escuadra tras un córner. Este gol también premió a uno de los mejores hombres de Osasuna en un partido para olvidar, del que se salva sólo el resultado.