pamplona - Ni los más animosos seguidores de Osasuna y Granada, los equipos que se ven las caras este domingo en El Sadar (12.00), podían esperar una temporada en Primera División tan feliz. Más contentos aún los hinchas del conjunto andaluz que están a un peldaño de poder colarse en la final de Copa, un auténtico logro para cualquier equipo de segundo orden y todo un lujo para un ascendido en el pasado curso.

Este hecho, el ser dos de los recién llegados el campeonato anterior a Primera, es el hecho diferencial y factor principal por el que Osasuna y Granada son dos de los equipos revelación de la categoría ya que están haciendo sus deberes con mucha antelación y están más cerca de la zona alta que la de los problemas. Quien sepa mantener el mejor ritmo en el torneo, cuando todavía quedan 14 jornadas por delante, determinará la relevancia de uno u otro en el balance final en el que, por el momento, ambos van para el notable.

Situados en la zona media de la clasificación, 9º el Granada con 33 puntos y 11º Osasuna con 31, el equipo de Diego Martínez ha hecho de su estadio el argumento principal para llegar a esta permanencia holgada. El conjunto nazarí ha obtenido 25 de sus 33 puntos en el Nuevo Los Cármenes. Como visitante, el Granada presenta guarismos mucho más discretos, inusuales para un equipo con estatutos de la parte media alta de la tabla. Ocho puntos como visitante logrados en dos triunfos y dos empates. Ocho derrotas en doce encuentros hablan de dificultades fuera de casa. El Granada ha marcado como forastero 13 goles y ha encajado 23, cifras con las que es difícil sostener un rendimiento interesante fuera.

Los 31 puntos de Osasuna están regidos por un mayor equilibrio, que no se puede considerar virtud ni tampoco desdoro. Los rojillos se han metido en la mochila 17 puntos en El Sadar y fuera han recaudado 14.

El domingo no solo se trata de la confrontación de dos ascendidos con méritos de sobra para la salvación, sino de dos estilos muy distintos. El autobús de Diego Martínez contra los cohetes de Arrasate ofrece un enfrentamiento atractivo porque las armas con las que se estilan unos y otros dan para que salten chispas.

Ordenado, pétreo y con guiños al otro fútbol -el de los barullos y ritmo lento según convenga-, el Granada es un equipo hecho por Diego Martínez a su medida y posee muchas de las virtudes de un entrenador metódico, estudioso de las acciones a balón parado -para atacar y defenderlas- y que sabe además jugar en el filo de la navaja, con resultados cortos en el marcador y situaciones crispadas. El atasco premeditado de partido en el Camp Nou estuvo a punto de salirle (1-0), lo que ayuda a validar este modelo que también le ha puesto a las puertas de la final de Copa -encajó solo un 1-o en la ida en San Mamés-.

Ante la racanería de uno, la ambición del otro; con el mazo, contra el muro. Algo así se puede plantear en la confrontación del domingo, aunque Osasuna sabe que necesitará unido a su tradicional ambición, paciencia y acierto, que el Granada es duro de pelar, aunque no guste.

los datos

Dos puntos de diferencia. Granada y Osasuna están separados tan solo dos puntos en la clasificación, 33 para los andaluces y 31 para los rojillos.

Discreto visitante. El equipo de Diego Martínez ha hecho de su campo su fortín, ya que ha logrado ahí 25 puntos. Fuera de casa ha sumado ocho puntos.

Osasuna, equilibrado. El equipo de Arrasate ha sumado 17 puntos en El Sadar por 14 lejos de su domicilio.

El Granada fuera de casa