ntre las obras de reforma en El Sadar, dos cernícalos acertaron a construir un nido en medio del hormigón, pilares y gradas en crecimiento. Y así, los tres primeros aficionados en visitar el nuevo estadio han sido Sadar, Roji y Cente -de centenario-. Los tres polluelos que criaron en pleno remozamiento.

Los cernícalos son aves rapaces de pequeño tamaño, colores pardos y alas estrechas que suelen quedarse flotando en el aire y desde ese mismo punto localizan a sus presas. Estos animales se alimentan de ratones, topillos, palomas e insectos. A estos hinchas tempraneros los descubrió Daniel García, técnico en recursos naturales y guarda de Medio Ambiente. Decidió hacerles un seguimiento ya que es muy aficionado a las aves y a Osasuna y "ver a unos cernícalos criar en El Sadar me hizo especial ilusión".

Todo empezó días antes de que decretaran el estado de alarma. El investigador pasó por el estadio y vio a la pareja de adultos volar entre las obras. En mayo, cuando regresó después del confinamiento, escuchó en numerosas ocasiones a las crías, pero aún no logró verlas. Continuó con sus visitas y, al tercer día, volvió al mismo lugar y los polluelos ya habían crecido, se asomaban e incluso tenían un vuelo corto.

No le sorprendió al guarda toparse con ellos en El Sadar porque este ave rapaz suele criar en edificos altos y sitios en los que no haya personas. "En Pamplona es muy común encontrarse con cernícalos. Suelen criar en las murallas de la Ciudadela y en la Catedral", señaló. A pesar de que suelen reproducirse en un ambiente relajado, las obras no han sido un impedimento para estas rapaces. No les quedó otra opción que acostumbrarse al ruido de las máquinas.

Un compañero de Daniel García contactó con Osasuna para trasladar a las crías al Guarderío de Medio Ambiente-Basozainak del Gobierno de Navarra en caso de que las grúas se toparan con ellos y afectaran al nido y a la zona de cría. Al final, no ha sido necesaria su movilización porque la maquinaria no fue un obstáculo para el desarrollo de la actividad de los espectadores alados.

Daniel García aseguró que tanto las crías como los adultos han abandonado el nido, pero no se han ido muy lejos de la casa de los rojillos."El nido se quedará ahí y hay bastantes posibilidades de que el año que viene vuelvan a criar allí", anuncia. Además, "espera que los cernícalos lleven el nombre de Osasuna volando bien alto".

Sin visitantes con alas en el estadio, las obras del nuevo Sadar continúan a buen ritmo. La nueva capacidad del campo pamplonés estará en 23.576 espectadores, mientras que el antiguo contaba con 18.375.