PAMPLONA - "Me acuerdo perfectamente de mi último partido en la grada de El Sadar. Fue contra el Espanyol. En aquel momento no pensábamos que esa iba a ser la última vez que veríamos a Osasuna en nuestro campo en al menos un año y que el gol a lo Panenka de Roberto Torres, imposible no recordarlo, fuera a ser el último", recita el socio de Osasuna Daniel Vizcay Asiáin, que además aporta una anécdota a su relato: "Recuerdo que mi sobrina Nahiara acudió al partido y ella ya decía que Wu Lei, un jugador chino del Espanyol, nos iba a traer el coronavirus. Lo decía en broma, por supuesto, pero no hemos podido volver a entrar".

De su visita a El Sadar el pasado miércoles por la tarde, invitado por este periódico y por cortesía del club, Daniel destaca que "fue muy agradable volver a entrar al campo". Sin embargo, pone una pega: "Ver el estadio nuevo tan grande y vacío fue muy extraño. Esperemos que pronto nos vuelvan a dejar entrar. La verdad es que el campo está quedando precioso y esperemos poder disfrutarlo y que no se pierda el ambiente que había antes. Ojalá sea una caldera".

Pese a la prohibición de entrar a los estadios que tienen los aficionados desde hace exactamente un año, este socio hace gala de su osasunismo: "Hemos tenido que ver los partidos desde casa o, cuando se ha podido, en los bares, pero siempre hemos apoyado al equipo: en las buenas y en las malas; en el campo y desde casa".