El Club Atlético Osasuna cerró diciembre con un beneficio de 2,7 millones de euros antes de impuestos (2,1 después de impuestos) siguiendo así la senda prevista en el presupuesto presentado a la Asamblea General Ordinaria. Según las previsiones del club ese beneficio irá menguando durante el segundo semestre del año hasta cerrar la temporada cerca de la cifra estimada en el presupuesto, unos 300.000 euros de beneficio. Aun así, el club ha sido capaz de cumplir con sus principales previsiones de ingresos. La cifra de negocio hasta el 31 de diciembre de 2020 fue de 27,9 millones de euros, una cantidad muy similar a la del curso anterior, a pesar del impacto que sobre la entidad está teniendo la crisis sanitaria. El patrimonio neto del club se situó en diciembre en 23,7 millones de euros, incrementando así los 22,5 que había en diciembre de 2019.Ingreso por Álex Berenguer

A pesar de la severidad de la crisis, el club ha sido capaz de mantener e incluso incrementar sus ingresos por patrocinio, algo que la entidad desea agradecer a todas las empresas que confían en el Club Atlético Osasuna. De hecho, hace un año, en diciembre de 2019, los ingresos por publicidad fueron de 2,5 millones, mientras que a 31 de diciembre de 2020 ya se habían ingresado 3,7. El esfuerzo realizado en este apartado permite compensar la pérdida de ingresos en otros capítulos. Como dato reseñable no recogido en la auditoria por haberse producido con posterioridad al 31 de diciembre, el club ha ingresado 1,375 millones correspondientes al último pago del traspaso de Álex Berenguer al Torino F. C. Asimismo, y al haberse producido con retraso sobre el calendario de pagos acordados con el club italiano, Osasuna reclamó ante la FIFA los intereses correspondientes. El organismo ha dado la razón a Osasuna, que deberá ingresar 38.000 euros por este concepto. Queda no obstante pendiente el cobro de 1,5 millones de euros adicionales tras el traspaso del jugador al Athletic Club en virtud del contrato suscrito por ambas partes.

Aumento de la deuda por la reforma y la situación COVID

En cuanto a la deuda neta, esta se sitúa en 43 millones de euros, un incremento significativo con respecto a los 31 millones de junio de 2020. Este incremento tiene su explicación en dos factores principalmente. Por un lado esta la reforma del estadio de El Sadar, que como es sabido exigió la solicitud de un préstamo de 16 millones de euros que lógicamente incrementa la deuda del club. Por otro lado hay actuaciones sobre el estadio que el club ha ido realizando y que no estaban contempladas en el proyecto de reforma. Fundamentalmente son la reforma de vestuarios, la sustitución de todos los asientos del estadio, la modificación de las gradas en Sur, Lateral y Norte para obtener locales comerciales o el cambio de la cubierta de Preferencia. De esas actuaciones algunas ya se han pagado y otras tienen calendarios de pago acordados con la constructora que se extienden hasta el final de la próxima temporada. Esas cantidades pendientes de pago incrementan también la deuda hasta que sean satisfechas. Como señala la propia auditoría, "esta situación se irá corrigiendo en la temporada 20/21 y siguientes". El club está trabajando en la elaboración de un dossier para que los socios conozcan con detalle las actuaciones que se han llevado a cabo en la reforma del estadio, su coste y su forma de pago.

10 millones menos de ingresos por el COVID

La crisis producida por el COVID-19 también impacta de forma considerable en las cuentas de la entidad, a pesar de ser Osasuna uno de los clubes que mejor está haciendo frente a la pandemia. Aun así, el club calcula que ha dejado de ingresar más de 10 millones de euros en las dos últimas temporadas por este motivo, algo que evidentemente tiene su impacto en la deuda y en la tesorería. El mayor impacto se está produciendo en la actual temporada. Por un lado los ingresos de televisión serán menores de lo inicialmente previsto. A falta del ajuste final, LaLiga abonará el 95% del contrato de televisión previsto para esta temporada a los clubes debido al impacto de la pandemia sobre el sector de la hostelería. Esto supondrá aproximadamente 2,5 millones de euros menos para el club. A esa cantidad hay que sumar unos 700.000 euros adicionales que el club deberá devolver correspondientes al contrato de televisión de la pasada temporada.

Además, Osasuna ha tenido esta temporada unos 3 millones de euros menos de ingresos en el capítulo de socios, una merma que se suma a la pérdida de 1 millón de euros en taquillas al no haber podido entrar público durante todo el campeonato. Asimismo, el club tiene que hacer frente al fondo COVID exigido por LaLiga para hacer frente de manera mancomunada con el resto de clubes a los gastos de test, protocolos y desplazamientos exigidos por la situación sanitaria. Osasuna deberá aportar casi 1,5 millones de euros a ese fondo a lo largo de cinco años, tal y como ha pactado LaLiga con los clubes, por lo que esa cantidad se arrastrará como deuda hasta que quede saldada. Como impacto menor, pero también destacable, aparece el menor ingreso proveniente de los alquileres tanto en la tienda del club como en los locales de hostelería situados en su planta baja, y también en el servicio de restauración del interior del estadio al no haber podido acceder el público a los encuentros.

Para poder hacer frente a la situación, el club, al igual que el resto de entidades de la Liga aunque en menor medida que el resto, recurrió a una línea de crédito de 7,5 millones de euros ya explicada en las cuentas publicadas antes de la Asamblea de diciembre y recogida también en el informe que entonces publicó la Comisión de Control Económico. La suma de todos estos factores es la que propicia que la deuda neta se haya elevado, una situación que se irá corriegiendo a lo largo de 2021 y 2022 en la medida en que se vaya amortizando el préstamo del estadio y la tesorería se normalice. Lógicamente cuanto antes regrese la normalidad sanitaria a la sociedad y el público pueda regresar a los estadios, antes podrá corregirse esta situación.

Comportamiento a futuro

De cara al futuro, el club viene trabajando con diversos escenarios. El préstamo del estadio sufrirá una reducción importante, y con ello también de la deuda, al tener que hacer frente a un pago de 3 millones esta temporada y, en el caso de certificar la permanencia, otros 3 millones en la temporada 2021-2022. Del mismo modo las cantidades pendientes de pago por las reformas solicitadas en el estadio al margen del proyecto inicial se verán satisfechas en su mayor parte a lo largo de 2021 y primeros meses de 2022, reduciendo también el endeudamiento. A partir de ahí, la evolución dependerá principalmente del regreso del público a los estadios y también de la evolución del mercado de los derechos de televisión. De entrada el contrato de TV firmado por LaLiga seguirá vigente durante la temporada 2021-2022 y las previsiones del club es que en este apartado los ingresos sean levemente superiores a los de este año, aunque la evolución de la pandemia determinará las cantidades finales. Durante los próximos meses LaLiga procederá a negociar el nuevo contrato para los próximos años.Osasuna depositó el viernes 3 millones para reducir el préstamo de la reforma del estadio

De hecho, Osasuna despositó el pasado viernes, día 30 de abril, otros 3 millones de euros en las cuentas escrow de los tres bancos que están financiando la reforma del estadio de El Sadar. De esta forma, el club reduce en otros 3 millones el préstamo de 16 millones que recibió para poder hacer frente a la reforma del campo.

Como es conocido, Osasuna solicitó un préstamo de 16 millones de euros a tres entidades bancarias: Caja Rural de Navarra, Banco Sabadell y Banco Santander. Las cuotas de dicho préstamo no comenzarán a pagarse hasta finales del año 2021, en aplicación del periodo de carencia estipulado. Sin embargo, el aval aprobado en su día por el Gobierno de Navarra, establece que el club amortice 3 millones de euros adicionales a los bancos por cada temporada que esté en Primera División. En la temporada 2019-2020 el club tenía que haber amortizado el 1 de mayo, pero tras la paralización de la competición por la pandemia del COVID-19, y por un criterio de prudencia, la entidad solicitó poder hacerlo más adelante hasta comprobar si LaLiga podía o no finalizar. Finalmente el pago se realizó el 7 de septiembre, reduciendo entonces la cantidad que debía Osasuna a 13 millones de euros, como se publicó ese mismo día.

El pasado viernes el club depositó los 3 millones de euros correspondientes a la temporada 2020-2021 lo que, unido a la cantidad que hay que destinar al préstamo proveniente de los traspasos de Luis Perea y Juan Villar, reducirá la cantidad que Osasuna debe a los bancos en unos 7 millones de euros. Es decir, al cierre de la presente temporada, Osasuna deberá a los bancos poco más de 9 millones por la reforma del estadio, habiendo reducido de esta forma casi un 45% de la deuda bancaria total en dos temporadas. Este último pago no aparece reflejado en la auditoría publicada este mediodía al ser un hecho que se ha producido con posterioridad al 31 de diciembre. En el caso de certificar la permanencia en la máxima categoría, el club deberá abonar en la campaña 2021-2022 otros 3 millones de euros, quedando así la deuda al finalizar dicha campaña en alrededor de 6 millones de euros.