- En su primera temporada como entrenador de Osasuna, a Jagoba Arrasate le encomendaron la misión de recuperar la conexión entre grada y afición que se había perdido durante el anterior ejercicio, un curso, el 2017-2018, en el que, con Diego Martínez en el banquillo, los rojillos se quedaron fueran del play off de ascenso en la última jornada del campeonato y el juego desplegado por el equipo generó un enorme desencanto entre la hinchada. Fue por eso que la directiva escuchó la opinión mayoritaria de los aficionados para finiquitar el contrato del técnico gallego, que había firmado por dos temporadas, pero que solo pudo ejercer durante la primera. Arrasate se convirtió en su relevo y, aunque no comenzaron bien las cosas -su primera victoria del curso llegó en la cuarta jornada, tras caer en Palma con el Mallorca (1-0), empatar con el Elche en El Sadar (1-1) y volver a perder en Granada (2-0)-, las ideas del técnico vizcaíno fueron calando en una plantilla que terminó asegurándose el ascenso a tres jornadas del final del curso y proclamándose campeona de Segunda por primera vez en su historia para regocijo de una afición entusiasmada.