Nombre: Jesús María Echeverría Burgoa

Lugar y fecha de nacimiento: Ondarroa (Bizkaia), el 19 de febrero de 1933

Estudios: Aparejador

Trayectoria deportiva: Aurrera de Ondarroa, Oberena (hasta diciembre de 1951), Osasuna (1951-52), Azkoyen, Iruña, Izarra (hasta diciembre de 1953), Osasuna (1953-55), Real Sociedad (1955-56) y Castellón (1956-57).

Obra artística: Algunos de sus cuadros forman parte de colecciones particulares y del Museo de Navarra

ra Burgoa en el mundo de las bellas artes. Fue Echeverría en el planeta fútbol. El pintor y el extremo se fundían en la misma persona. Jesús María Echeverría Burgoa, abanderado de la abstracción en Navarra y delantero de Osasuna durante una treintena de partidos en la década de los cincuenta, falleció el pasado lunes en Ondarroa (Bizkaia), localidad en la que había nacido el 19 de febrero de 1933 y donde buscó refugio tras el estallido de la pandemia, dejando su domicilio de Pamplona.

Afincado en la capital navarra desde temprana edad, Echeverría realizó la carrera de aparejador en Sevilla. Como profesional del fútbol jugó en Osasuna, Real Sociedad y Castellón, con apariciones en Oberena e Izarra. Una lesión de ligamentos en una rodilla le obligó a colgar las botas. Y un infarto de miocardio cuando tenía 40 años le llevó a la pintura, pasando a ser alumno de Antonio Eslava y luego discípulo aventajado.

Su trayectoria artística ha recibido más reconocimiento que su fútbol, donde, como una premonición, pesaba más la concepción artística del juego que la fuerza del músculo. Y eso que en aquel Osasuna que logró dos ascensos a Primera división jugaban elementos tan bizarros como Salvatierra, González y Egaña. De hecho, al extremo vizcaíno le recriminaban que "guardara" mucho la pelota, que llegara a pecar de individualista, pero al mismo tiempo los críticos elogiaban que sus "condiciones de velocidad, le pueden hacer figura".

Aunque perteneció cuatro temporadas (1951-55) a la disciplina de Osasuna, solo intervino en 36 partidos oficiales, según el portal BDFútbol. En su debut, comenzó alternando la posición de interior con la de extremo en ambas bandas, aunque en su etapa de titular se desempeñó por la banda izquierda. Era el encargado de botar los saques de esquina. Dejó un balance de 12 goles, según la citada web, aunque hay datos contradictorios.

Su hija Eunate apuntaba esta semana que su padre conservaba el sentimiento osasunista y seguía los partidos del equipo. "Lo tenía muy presente siempre", señaló.

Echeverría contrajo matrimonio con una ondarrutarra; el matrimonio tuvo tres hijos. Nadie de la familia siguió los pasos del padre en el fútbol. Sin embargo, su nieta Itxaso Urkiaga jugó en Lagunak y Mutilvera mientras cursaba sus estudios en Pamplona.

regate y velocidad

Las primeras patadas al balón las dio en el Aurrera de Ondarroa. Jugaba en Oberena (1951) cuando comenzó a llamar la atención de la prensa local. "Al público le gustan esas gambetas y arrancadas vertiginosas que prodigan algunos jugadores como el oberenista Echeverría", publicó Diario de Navarra un par de semanas antes de que le reclamara Osasuna y debutara (con 18 años) el 16 de diciembre de 1951 en Baracaldo (6-1). Los cronistas coinciden en que "le pesó la responsabilidad". "Con la voluntad que puso no logró hacerse destacar", subrayó El Pensamiento Navarro. No se prodigó mucho en las alineaciones en ese curso, en el que intervino en cuatro partidos. En su segunda aparición con la camiseta roja se le atribuye la autoría del gol del empate al Lucense (1-1) aunque algunas crónicas concede el tanto a Armendáriz.

La temporada 1952-53 y en el comienzo de 1953-54 entra en rueda de cesiones: Azkoyen, Iruña, Izarra... El Día de Saturnino de 1953, Osasuna monta un amistoso con el Izarra. Posiblemente, ese encuentro decanta su retorno a San Juan y es el inicio de su etapa de asentamiento en un equipo que lucha por la permanencia en Primera. "Ha demostrado encontrarse en un magnífico momento. Fío mucho a su juventud y ganas de conquistar la titularidad", anticipa el entrenador, Tomás Arnanz, antes de la visita al Celta el 20 de diciembre de 1953.

En Balaídos (5-2) arranca una secuencia casi ininterrumpida de 32 partidos en los que Echeverría se afianza como titular en la banda izquierda. Marca 5 goles en Primera y en esos trece meses anota tres dobletes, aunque el que facturó al Jaén (derrota por 5-3) no lo recoge la prensa local, que da uno de los goles a Vila.

Comparte línea de ataque en ese periodo con Sabino, Madariaga, Pahuet, Vila, Recalde... Las crónicas resaltan su clase "desbordante" y Santi de Andía escribe que "la presencia de Echeverría" en el equipo "incrementa el optimismo" para alcanzar una permanencia en Primera que se acabará escapando en la liguilla de promoción cuando Osasuna tenía todo a su favor.

Con el equipo en Segunda, Echeverría aparece por última vez en la alineación el 9 de enero de 1955 en un partido jugado en Avilés (4-0). En la temporada 1955-56 se incorpora a la Real Sociedad, con la que disputa un solo partido, en terreno del Deportivo (5-0). En el curso siguiente, el último de su carrera, ficha por el Castellón, con el que interviene en 18 partidos.