Hace una década, cuando el Deportivo Alavés aún peleaba por salir del pozo de la Segunda División B, lo pintoresco era asiduo sobre el césped del Paseo de Cervantes. Allí, ante la mirada de los entre 5.000 y 7.000 aficionados babazorros más fieles, se reunían todo tipo de futbolistas: algunos procedentes de equipos sobre los que pocos habían oído hablar; otros, con pasado en la élite, que venían a retirarse a Vitoria-Gasteiz; y, cómo no, las perlas frustradas que desprendían un ego poco acorde a sus prestaciones.

Sin embargo, en esa época de barro también hubo lugar para el carisma. Ese que derrochaban hombres como Romerito, típico currante incansable, o Aridane Hernández (Tuineje, 1989). Un joven defensor canario, llegado del Ceuta y con pasado en la cantera de Liverpool y Real Madrid, cuya envidiable melena encandiló a Mendizorroza, donde, por aquel entonces, solo unos pocos podrían haberse imaginado que llegaría a jugar en la élite y, además, se convertiría, con Osasuna, en uno de los centrales más seguros de la máxima categoría.

Pese a la derrota de la última jornada, están satisfechos con el rendimiento que han conseguido hasta ahora, ¿no?

-Claro. Todavía no es matemático, pero sí es cierto que hemos hecho los deberes a lo largo de la temporada y, gracias a ello, ahora estamos muy cerca de la salvación. Ahora bien, queremos terminar el curso de la mejor manera posible, no podemos dejarnos llevar.

No obstante, las lesiones no le han permitido disfrutar tanto como le hubiera gustado.

-Así es. Aunque lo importante es que vamos a cumplir el objetivo en lo colectivo, no ha sido un año fácil para mí. He tenido problemas con el sóleo, que es una zona muy complicada porque parece que estás recuperado y no es así; pero, por suerte, tanto los compañeros como el cuerpo técnico y mi familia siempre han estado ahí y me han ayudado a llevarlo de la mejor manera posible. Ahora ya me encuentro bien y tengo ganas de jugar.

Aunque, indudablemente, todos son profesionales, ¿es sencillo mantenerse al máximo cuando se cumple el objetivo o se está muy cerca de ello?

-Es complicado. Tras un año sufriendo y trabajando mucho, uno se ve salvado y eso puede conllevar, inconscientemente, relajarse un poco. Ahí entra Jagoba, que siempre es muy autocrítico y nos repite una y otra vez que no podemos bajar los brazos. Si tenemos opciones de quedar octavos, debemos pelear por ello para dar más alegrías a la afición.

En los últimos dos meses de 2021, Osasuna pasó por una mala racha. ¿Qué importancia tuvo que la directiva rojilla volviera a confiar plenamente en Jagoba Arrasate?

-Fue clave, sin duda. Al contrario que otros clubes en los que he estado, éste confía siempre en lo que ya tiene y no toma decisiones precipitadas. Entonces, esa apuesta por la continuidad hace que todos trabajemos con mucha menos presión y seamos capaces de darle la vuelta a cualquier situación.

Desde dentro, ¿cómo se explica que una sola victoria pueda cambiar por completo la dinámica de un equipo que suma muchos resultados negativos?

-Somos un grupo muy fuerte, que trabaja junto y se apoya siempre. No hay ningún tipo de ego en el vestuario y eso hace que los triunfos sean de todos y que, por ende, ese subidón que da el hecho de romper una mala racha sea mucho más potente y demos el 200%.

Teniendo en cuenta lo que ha hablado antes de Osasuna y su paciencia con Arrasate, ¿cómo se está viendo desde allí la situación por la que está atravesando el Alavés?

-Bueno, creo que es un cúmulo de cosas. Para mí, es indispensable confiar en el entrenador por el que se apuesta, pero también lo es acertar en los demás sentidos. Aun así, espero que el Glorioso consiga salvarse también, porque es un club histórico, que me trató muy bien en su día y que tiene detrás una afición espectacular.

¿Cómo se prepara un partido contra un rival que ha cambiado recientemente de técnico?

-No tenemos referencias y eso nos complica un poco el trabajo. No obstante, tampoco podemos volvernos locos porque es muy difícil que el Alavés cambie por completo en tan poco tiempo. Lo importante, eso sí, es mantenernos a tope e intentar llevar el partido a nuestro terreno.

¿Cuáles piensa que van a ser las claves del derbi?

-Creo que va a ser un partido bonito. Ellos necesitan sumar sí o sí los tres puntos, aunque seguro que son conscientes de que no es fácil ganar en El Sadar, y eso nos va a dar oportunidades a nosotros. Espero que la afición disfrute.

Respecto a esto último, lo cierto es que ha tenido bastante suerte. Estuvo en el Glorioso

-Sin duda, me siento muy afortunado. Tanto en Vitoria como aquí en Pamplona siempre me han dado mucho cariño y me han respetado. No puedo pedir más, la verdad.

¿Qué recuerdo tiene de su etapa en el Alavés?

-Pese a que deportivamente no fue muy allá, estuve muy a gusto. El buen trato del club y de los compañeros me ayudó a afrontar el hecho de estar lejos de mi familia y estoy muy contento de la experiencia que supuso pasar por Mendizorroza.

Sin embargo, tras esa temporada agridulce, no se rindió y siguió peleando. ¿Se imaginaba que llegaría a Primera División?

-Soñaba con ello, pero nunca lo pensé. Por suerte, siempre he sido un chico trabajador y, aunque fue un camino muy largo, todo ese esfuerzo obtuvo su recompensa.

¿Qué falló aquel año? Porque el conjunto babazorro era candidato a pelear por el liderato y terminó sexto.

-No funcionó, simplemente. La Segunda B es una categoría muy complicada y no vale solo con invertir mucho en plantilla, que es lo que se hizo. Todos esos futbolista de nivel tienen también que carburar juntos y no fue el caso.

No todo fue negativo, al menos. Logró escaquearse de la apuesta que hizo y conservó su melena.

-(Ríe) Sí, me acuerdo. Aposté que, si marcaba un gol, me raparía y, tras ganar al Eibar en Mendi, solo me corté las puntas. Hubo bastante cachondeo con eso; los compañeros me decían que me iban a cortar el pelo mientras dormía, pero se comportaron.

“No podemos volvernos locos por el cambio de míster del rival, debemos hacer nuestro partido”

“Creo que va a ser un derbi bonito; espero que ambas aficiones disfruten en El Sadar”

“Ojalá se salve el Alavés; aunque no tuve muchos minutos, el club y la afición me trataron genial allí”

“No ha sido un año fácil para mí, pero ya estoy recuperado al 100% y tengo ganas de jugar”

Jugador de Osasuna