- La tercera victoria consecutiva de Osasuna en El Sadar llegó a la tercera. De manera literal. Y es que Ante Budimir anotó el único tanto del encuentro de ayer, el del triunfo contra el Alavés (1-0), en el tiempo añadido y después de que los rojillos desaprovecharan un penalti en la primera parte y al croata le anularan un gol en la segunda por encontrarse en fuera de juego por un escaso margen.

Con la victoria que consiguió ayer ante el Alavés, Osasuna continúa arreglando sus números en casa, que hasta hace escasas fechas no eran nada buenos, pero que ahora superan incluso los que han conseguido los rojillos a domicilio. Acumula el conjunto navarro 41 puntos en 31 jornadas, 20 de los cuales los ha logrado lejos de Pamplona y los otros 21 en su feudo, cifra a la que ha llegado gracias a cinco victorias (las tres últimas consecutivas, incluida la de ayer) y seis empates, porque el resto de encuentros en El Sadar, hasta cinco, se saldaron con triunfo visitante.

Osasuna afrontaba la cita de ayer después de haber cambiado su tendencia de resultados, pues comenzó el curso ganándolo todo a domicilio y dejando escapar puntos de Pamplona sin parar. Sin embargo, la situación ha variado ahora, pues los rojillos venían de doblegar en El Sadar a Villarreal (1-0) y Levante (3-1), saliendo goleados entremedias del Camp Nou (4-0 contra el Barcelona) y del Villamarín (4-1 contra el Betis). Por eso, ya sin urgencias clasificatorias por eso de estar muy lejos de los de abajo y de los arriba, el conjunto navarro perseguía un nuevo triunfo en casa para lavar su mala imagen como visitante y reconciliarse con su afición. Todo lo contrario que el Alavés, que en Pamplona estrenó su condición de farolillo rojo y también entrenador, ya que Julio Velázquez sustituye desde el pasado martes a José Luis Mendilibar, destituido tras perder en el Wanda Metropolitano (3-1).

La cuestión es que a Osasuna le costó entrar en el partido, pero cuando lo hizo buscó la victoria con ahínco. Tuvo la oportunidad de adelantarse en el marcador en el minuto 38 merced a un penalti por una mano de Ximo Navarro que el árbitro del encuentro, el gallego Muñiz Ruiz, no vio en primera instancia, pero que luego sí pito tras revisar la acción en el monitor a petición del canario Hernández Hernández, responsable del VAR ayer. Pero Rubén García falló la pena máxima. O más bien la paró Pacheco, portero del Alavés, que en la segunda parte no pudo frenar a Budimir, autor de un gol anulado por fuera de juego en el minuto 73 y de otro legal, el de la victoria, en el 92.