En un párrafo

stamos ya tan acostumbrados a ver cómo las grandes figuras alargan mucho sus carreras deportivas -ahí está Nadal, cumpliendo ayer 36 años y metiéndose en su 14ª final de Roland Garros- que nos sorprende que alguien se retire con solo 31 años, que es lo que anunció ayer el ciclista neerlandés Tom Dumoulin. Cuando ganó en 2017 el Giro y el Mundial de contrarreloj y en 2018 fue segundo en el Giro y en el Tour, no faltó quien -con demasiada alegría- lo comparara con el mismísimo Miguel Indurain, pero a partir de ahí llegó el declive casi absoluto, y ahora llega la noticia de su retirada, simplemente porque ve que todos sus sacrificios no reciben la menor recompensa. Y eso tiene mucha lógica. Nadal juega con un gran dolor en el pie porque gana títulos; si además de dolerle perdiera sus partidos, habría colgado ya la raqueta.